«Verlaine me influyó mucho en la manera de tocar la guitarra, yo estaba empezando y tenía una forma muy tosca y primitiva de tocar, muy básica, y de pronto fue ver que el instrumento podía ser una máquina de generar melodías»
Si hace un par de semanas recuperábamos el «Punto de partida» de Eva Amaral, esta hacemos lo propio con el de Juan Aguirre, en el que nos aseguraba que «Marquee Moon», de Television, le cambió la vida.
Television
«Marquee Moon»
ELEKTRA, 1977
La primera vez que escuché este disco fue a mediados de los años 80, en Zaragoza. Estaba una madrugada en casa estudiando y pusieron en un programa de radio –era una emisora local, o pirata– el tema central, ‘Marquee Moon’. Yo ya llevaba mucho tiempo comprando discos y andaba muy infuenciado por el punk, por los grupos de los años 60 y por el pop español de aquellos años. Pero escuchar esa canción fue un verdadero shock: el riff de guitarra principal, las guitarras muy cortantes y la voz de Tom Verlaine, que es muy especial, no muy agradable en principio, pero el tío, con todo eso, y con las guitarras entrecruzadas capta la atención del oyente. Entonces no analizaba la música, la verdad es que creo que sigo sin hacerlo excesivamente, pero aquello era una sensación como de que estás oyendo algo muy interesante y muy inquietante, con el famosísimo riff de guitarra… Era una sensación muy increíble, de no haber escuchado nunca algo parecido, no es un lenguaje guitarrístico normal, aporta una nueva dimensión. A mí, por entonces, me gustaban mucho las bandas de guitarras, era muy fan de los Clash, de los Beatles, de Radio Futura…
Verlaine me influyó mucho en la manera de tocar la guitarra, yo estaba empezando y tenía una forma muy tosca y primitiva de tocar, muy básica, y de pronto fue ver que el instrumento podía ser una máquina de generar melodías. Para mí Tom Verlaine ha sido un maestro, a parte de que me gusten los discos y de que me guste mucho Richard Lloyd, creo que ha sido una influencia muy importante. Lo peor es que tardé mucho tiempo en conseguir «Marquee Moon»; iba a las tiendas de discos y veía si me lo podían conseguir de importación, y nada. Entonces no tenía dinero para discos, pero lo peor era que no había manera de que el disco llegara a Zaragoza. Finalmente, se lo encargué a un amigo que viajaba a Londres. Entre medias conseguí «Dreamtime», de Verlaine en solitario, un disco que tiene una foto muy curiosa de los rascacielos de Manhatan, que luego recuperaron Luna en un álbum fantástico. Ese fue el primer disco de Verlaine que tuve entre mis manos, luego compré una reedición en vinilo de «Marquee Moon», más tarde me lo compré en CD y el otro día Eva [Amaral] me regaló una versión especial en maxi que sólo se editó en Inglaterra y que compró en Portobello. Me sigue pareciendo increíble escuchar canciones como ‘See no Evil’.
«Marquee Moon» es el típico disco que, con el tiempo, ya no oyes habitualmente porque lo tienes machacado, hasta rayado, aunque hace tres años lo recuperé con muchas ganas, te sabes todas las canciones y has estado en tu cuarto muchas veces intentando sacar los fraseos de Verlaine, creo que es el único disco que me he puesto para tocar encima de él. Yo nunca he sido el típico guitarrista que sabe tocar canciones de todo el mundo, realmente he aprendido a tocar lo que a mí se me ocurría. Pero el riff principal de ‘Marquee Moon’ es algo con lo que he probado guitarras cuando he ido a comprar, incluso en las pruebas de sonido lo toco. Es una melodía como muy espiritual con una forma de tocar la guitarra muy especial. Tom Verlaine me parece un guitarrista muy psicodélico, me interesa mucho ese lenguaje de guitarras que van haciendo fraseos, como Johnny Marr en los Smiths. Me gustan más ese tipo de cosas para tocarlas yo que las guitarras de potencia, aunque disfrute mucho escuchando cosas muy duras. Pero lo que me sale de dentro no son acordes distorsionados.
Con «Marquee Moon» cambió mi manera de entender lo que es una canción, donde lo más importante es la melodía y donde las guitarras están apoyando o haciendo solos ocasionales, aquí parece que el estribillo o el motivo principal son las guitarras de Verlaine y que luego la melodía es como un poco narrativa. Es una melodía que podía tocar un arpa o un violín y sin embargo es una guitarra eléctrica con la electricidad de la new wave y algo que no sabes de dónde viene.
Creo que la influencia de Television no se refleja en los discos que hemos grabado Amaral; a lo mejor la veo en alguna frase de guitarra, pero nuestro material es más folk, me parece que entronca más con cosas de los sesenta que con esa especie de acidez que tiene Television.
[Texto publicado originalmente en EFE EME 57, de abril de 2004]
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Anterior entrega de Punto de partida: José Luis Jiménez (Topo) y los Beatles.