El disco del día: Cathy Claret

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«Cathy Claret, con su sensual dicción afrancesada, su personalísima voz y la metabolización de sonoridades latinas, rumberas y flamencas. El punto perdido entre Françoise Hardy y Jeanette. Especialidad mestiza en la que, recordemos, fue pionera anónima en su tiempo»

Cathy Claret
“Chocolat”
CHESAPIK


Texto: EDUARDO TÉBAR.


El sello Chesapik devuelve a Cathy Claret al mapa de la actualidad musical. Y lo hace, además, rescatando su material remoto y fragmentando en porciones jugosas las nuevas canciones. Una apuesta firme por mostrar en panorámica a la artista necesaria e impar que se esconde detrás de la melena rubia. En tiempos de crisis del disco como formato y de consumo masivo en mp3, Cathy Claret tira por la calle de en medio. A lo largo de 2011, la francesa publicará un single en siete pulgadas cada tres meses. Y cada vez con un productor distinto. ¿Qué mejor forma de dignificar a la canción?

“Chocolat” es la primera de esta serie de entregas. Toma las riendas en la producción el argentino Cineplexx, que aparece desdoblado en los créditos –suyas son también las percusiones, secuenciadores, bajo, coros, teclados, algunas guitarras y hasta la fotografía de la portada, todo firmado como Sebastián Litmanovich–. La versatilidad de éste encaja como un guante con la suave heterodoxia de ella. Ambos tienden a la esencia pop. Cineplexx no esquiva su amplio bagaje de cultura musical anglosajona y se moja con arreglos atrevidos. Cathy Claret, por su parte, compensa el invento con su sensual dicción afrancesada, su personalísima voz y la metabolización de sonoridades latinas, rumberas y flamencas. El punto perdido entre Françoise Hardy y Jeanette. Especialidad mestiza en la que, recordemos, fue pionera anónima en su tiempo.

Los discos en siete pulgadas permiten –y exigen, según la tradición– que la cara B rompa de manera tajante con lo expuesto en el tema de cabecera. Cathy Claret sigue este precepto a medias con ‘Mala’. Si ‘Chocolat’ representa el hit perfecto para un día sosegado de sol y playa, el revés del vinilo enseña a Cathy Claret en un lado más perverso y enigmático. Una suerte de rumba-chill psicodélica en la que invoca los fantasmas internos que quitan el sueño. Fascinante expresión propia la de Cathy. Y las sorpresas seguirán. En los próximos lanzamientos experimentará con nombres como La Casa Azul y The Pinker Tones. Ay, y lo que harían con ella admiradores declarados tipo Benjamin Biolay.

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