David Broza
«Isla mujeres»
SALAD/DRO, 2000
Texto: JUAN PUCHADES.
La de David Broza (Haifa, Israel, 1955) es una historia singular: pasó parte de su infancia y adolescencia, los años de formación, en España; comenzó a grabar a finales de los 70, tanto en hebreo como en inglés. Se forjó un nombre en Israel, donde es un músico muy querido, y en Estados Unidos (tiene domicilio, además de en Israel, en Nueva Jersey) se mueve con cintura en el circuito cantautoril. Sin embargo, Broza siempre estuvo enamorado de la cultura y de la música española, de Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez o Manzanita, entre otros muchos otros. Con España en el corazón y con una dilatada carrera detrás, inauguró el nuevo siglo instalándose durante una temporada en Madrid, donde grabó dos discos pensados para el mercado local, este «Isla mujeres», de 2000, y «Parking completo», de 2004.
Al cuidado del productor de moda en aquel momento –venía de firmar el exitoso «19 días y 500 noches» de Sabina»–, Alejo Stivel, «Isla mujeres» es un disco caliente aunque demasiado correcto, a la cumplida producción le falta un poco de locura, un algo de soltarse el pelo. Porque lo bien cierto es que la excelente colección de canciones que acoge tiene un pulso netamente hispano –con guitarras muy presentes y ecos flamencos y mediterráneos–, y una buena fogata le habría sentado estupendamente. Aún así, pocos peros se le pueden poner a composiciones del calibre de «Isla mujeres» (escrita por el gran Javier Ruibal), de la abrasileñada ‘Teresinha’ (de Fernando Polaino y Broza), o de la tremenda rumba ‘Carmela», firmada mano a mano por Jorge Drexler y el propio Broza, pareja que deja algunos otros temas a lo largo del disco. Sí, David Broza hizo amigos en su escala madrileña, y hasta Sabina echó una mano en ‘Conocí a una mujer’, y Jaime Anglada –junto a Quique González la gran esperanza blanca de aquellos días, hoy completamente olvidado– cedió un corte de cosecha propia.
Canciones –hay algunas más, también imprescindibles: ‘Agua de mis ojos’, ‘Cuando tú no estás’, ‘Y tú’ (otra con letra de Drexler), ‘Raquel’ (que fue sintonía de una serie de televisión)– que en la voz caliente, vehemente y limpia de David Broza conforman un trabajo colorista e intenso, que no debe caer –aunque es de temer que ya esté ahí– en el cajón del olvido. Con él, Broza quiso pagar una deuda con parte de sus raíces culturales, regalarse y regalarnos un disco especial, que hoy sigue sonando emocionante, quizá más que en su fecha de publicación, tal vez porque ahora sabemos que, como tantos otros, quedó en nada: «Parking completo» (producido por un emergente Javier Limón) fue canto de cisne, y ya nunca volvió a dejarse caer por nuestra escena este peculiar cantautor que, además, en persona era todo gentileza. Lo último que hemos sabido de Broza fue que a comienzos de este año lanzó un disco en el que musicaliza poemas y letras inéditas que Townes Van Zandat le dejó al morir.
«Isla mujeres» se puede escuchar en Spotify.