«El segundo volumen del ‘Sensacional Soul’ recoge singles españoles escondidos que oscilan entre el deje publicitario o verbenero y la sublime adaptación de clásicos del soul. Y en medio canciones ye-yé que aportan un extra de trompetas a la orquesta habitual»
Varios
«Sensacional Soul»
VAMPISOUL
Cuando compraba, uno a uno, la colección «Viñedos», años ha, y esperaba, tras escuchar arrebatadamente cada volumen, el siguiente, poco podía sospechar el oxígeno que podía aportar a la recuperación del pop de los sesenta. No era únicamente una colección de canciones arrebatadas, era el ejemplo a seguir. Y, menos de lo que deseamos, se ha seguido. Así es que desde hace más o menos diez años van apareciendo, con cuentagotas y siempre de forma exquisita, recopilatorios que explotan el estallido de deliciosas curiosidades. Grupos menores, en cuanto a ventas o popularidad, nunca en cuanto a potencia, de esa frontera entre los sesenta y los setenta que redefinió el sentido del pop.
Vamos allá, el segundo volumen del «Sensacional Soul», un doble vinilo o CD según los casos, recoge singles españoles escondidos que oscilan entre el deje publicitario o verbenero y la sublime adaptación de clásicos del soul. Y en medio canciones ye-yé que aportan un extra de trompetas a la orquesta habitual y que en ‘Abandonado’, por ejemplo, recogen ese espíritu de López Vázquez bajando las escaleras de un night-club. Los retazos publicitarios se vuelcan en ‘Pilé Beat’ –una bebida dulce y fuerte que exigía un ritmos guitarreros– y los verbeneros en, por ejemplo, el ‘Bugulú’, de los Albas, constantemente aludido y que es ejemplo máximo de grupo despistado que acierta con la pista de baile en un momento de gracia. A partir de aquí aparecen el Conjunto Brillant’s, que no se sabe si es soul o latino, un ‘Sintonía en Soul’ que casi se puede bailar a ritmo de pasodoble y no desmerecería en la banda sonora de «Pink Panter», varios rithm’n’blues con voces rugosas o Los Bravos, ya sin Mike, entendiendo los sonidos jamaicanos con exquisita corrección.
Cada canción merece una reseña. Los Lone Star inventan la rumba cañí antes de Caño Roto, y los Pops sacan coros dignos de los Temtaptions. Conexión y Evolution, que siempre estaban archivados en los progresivos, en este nuevo contexto, aquí, se someten mucho más a Sly & The Family Stone y al funk cósmico de lo que parecía. Pasamos a los mitos. Dos canciones resultan especialmente hirientes y buscadas. Recién iniciado el disco el ‘Hey Hey Bunny’ de Los Gatos Negros que mejora en muchos grados el original de John Fred con unos gemidos dignos de Atlantic que hacen crecer cada segundo. Más adelante ‘El Saltamontes’, de los Roberts, un himno protogaraje al nivel por lo menos de Los Salvajes. Dos canciones que pisan gas.
Acabamos con la joya. No sé si sabrán ustedes que el Dúo Dinámico entre el ‘La la lá’ y el ‘Resistiré’ dio un guapo acelerón y alumbró un disco que daba sopas con honda a las tendencias modernas, el ‘Lágrimas, sonrisas’ que se incluye lo tiene todo: densos florilegios, bajos llenos de groovy, coros omnipresentes.
Aquí está, es nuestro pasado musical. No hay que sobrevalorarlo, pero si una docena de estas canciones fueran anglosajonas pegaríamos ratonazos en las páginas de subastas hasta hacernos sangre.
CÉSAR PRIETO.
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Molina & Johnson
«Molina & Johnson»
SECRETLY CANADIAN/HOUSTON PARTY
Jason Molina (Songs: Ohia y Magnolia Electric Company) y Will Johnson (Centro-matic y South San Gabriel), dos de las vacas sagradas del folk-rock norteamericano, unen esfuerzos y recursos artísticos en este disco, una de las novedades más esperadas por los amantes de este género. Molina y Johnson (Johnson y Molina) se encerraron durante diez días en Texas para componer y cocinar en el estudio catorce canciones en las que ambos músicos muestran sus coincidencias sonoras. A saber: filia por la vena más melancólica de Neil Young y las canciones sin artificios, sobrias pero efectivas, intimistas y relajadas. Sirva como ejemplo el espeluznante lamento de Johnson en ‘In the avalon/Little killer’ y su dúo con Sarah Jaffe en ‘All gone, all gone’, una austera y estremecedora balada. Molina, por su parte, echa el resto en ‘Twenty cicles to the ground’ y ‘Almost let you in’, dos baladas con sabor a road movie. Destaca también en ’34 Blues’ y ‘All falls together’.
«Molina & Johnson» es un disco para los amantes de las distancias cortas, para los que gustan sentirse cerca del artista sin excesos sónicos, sin parafernalia. Un disco, en definitiva, para disfrutar en la intimidad. Sólo las canciones y tú.
ÀLEX ORÓ.
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Glez
«Demos»
DRO/WARNER
Buen disco de rock alternativo español el de Glez, la banda formada por Amaro Ferreiro, el productor Suso Saiz, Emilio Saiz y Toni Toledo, es decir, gran parte del entorno creativo de Iván Ferreiro. Y al fin y al cabo eso es lo que este disco debut presenta, canciones que podrían haber encajado en un futuro disco de Iván. No se trata de una fórmula más experimental ni más vanguardista, sino de temas de pop indie que juegan con sonoridades modernas, con texturas, pero al mismo nivel que cuando estos Glez acompañan al gallego.
Y es que, al tratarse de un proyecto al margen de la gran marca, podría haberse pensado en este «Demos» como en un disco rupturista, pero no es el caso. Pese a sonar lozano, incluye una colección de temas que se mueven entre el azote eléctrico y el intimismo, justo como ocurría en «Canciones para el tiempo y la distancia», «Las siete y media» o «Mentiroso mentiroso». Pero esto no es malo, simplemente se trata de situar el planteamiento del disco.
«Demos» contiene canciones muy inspiradas (‘¿Quién dijo miedo?’, ‘Las nihilistas’), bien rematadas, sin intereses epatantes. Y como entretenimiento es un disco más que meritorio. La voz de Amaro no es la de Iván, aunque se defiende decentemente, pero parece que las intenciones de Glez se acercan más a la proyección musical colectiva que a la suma de miembros. El álbum cuenta con algún tema flojo (‘M.I.A’), especialmente cuando bajan revoluciones (destacan mucho más los temas de ritmos más acelerados) pero la visión global es la de una bonita colección, en la cual cada uno podrá encontrar más de una canción a su gusto y medida.
JUANJO ORDÁS.
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Wild Honey
«Epic Handshakes and a Bear Hug»
LAZY RECORDING
Conocí a Guillermo hace ya mucho tiempo, bueno, en realidad a quién conocí fue a su novia en aquellos años. La había invitado a tocar en Barcelona. Wendy se llamaba su grupo y dejaron una maqueta y alguna canción que fue enérgicamente bella y que pasó al limbo de lo que nunca nació. Era un chico que mientras yo pinchaba en la fiesta posterior ‘The first time’ de The Boys bailaba dándome las gracias. A partir de ahí me fui encontrando con él con esporádica frecuencia, que si estaba en Spanky Darth Vaders, que si era el bajo de los Mittens, que si tocaba para Mate… Todo eran grupos de espíritu inmenso y canciones emocionantes.
Ahora ha decidido hacerlo solo, así que ha ocupado su casa de micrófonos y cables y ha grabado el disco perfecto, un disco que llevó a Nashville para que Brad Jones –»cosmic bedroom music» ha dicho del disco– lo mezclara. Brad Jones son palabras mayores, Ron Sexsmith o Dolly Parton han contado con su mano. Y entre ambos han sacado algo deslumbrante, desde la ‘Whistling Rivalry’ –fanfarrias callejeras de las que tanto gustan a los americanos, un Syd Barret infantil en los detalles– hasta ‘One Word Prayer’ y el eterno silbido de la felicidad-. Wild Honey entiende la música como juego, como satisfacción, como felicidad, y así, cada uno de los cientos de detalles –a veces escasos segundos– que envuelven los arreglos es un recoveco luminoso que captura el sol del pop.
Todo está en este disco, toda la música popular desde los sesenta. El inicio de 1918-1920 que es puro Simon & Garfunkel y que aguanta un minuto para entrar en un delicado estribillo que es el centro mismo de la belleza, el valsecito de The Big Parade que envuelve a Peter Dello con la melancolía del ruido que inventaron OMD en Dazzle Ships. Más cosas, el aire de bossa de ‘Gold Leaf’ y la voz en que te hace meter los pies en Copacabana y la boca en azucar, el regusto a Carnaby Street de ‘Kings of Tomorrow’. No en vano el single, ‘Hal Blaine’s Beat’ se dedica –con toda la naturalidad que había en el «White Album»– al batería del mejor grupo de sesión de la historia.
Aun quedan media docena de maravillas llenas de imágenes –la grandiosidad y la voz rota de ‘One Word Prayer’, por ejemplo– que lo van a convertir seguramente en el disco del año que ha acabado. Por ello corran a escucharlo, aquí tienen la posibilidad de descargarlo de forma legal, pero no se queden ahí, por menos de lo que cuesta cualquier CD lo pueden recibir en casa en un doble formato. Háganlo como inversión, al menos, porque estoy seguro de que de aquí a diez años ese vinilo rojo con ese collage en la portada tan bonito, habrá sextuplicado su valor.
CÉSAR PRIETO.
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Vanova
«The Mellow Tapestry»
FOHEN RECORDS
Hagan la prueba: pongan el CD de Vanova en su reproductor. Cierren los ojos y escuchen. Efectivamente, ese sonido, esas voces… les resultan familiares. No obstante, hay algo que les despista. No, no son Simon & Garfunkel. Son de Sitges y se llaman Jordi Moncho y Ferrán Vilanova, un dúo que con el nombre de Vanova apuesta por los sonidos folkies, la americana, The Beatles o incluso el lo-fi. Pese a la modestia y la sencillez de «The Mellow Tapestry» sorprenden y enamoran en este disco de debut creado y producido con medios caseros. Así, el LP se abre con ‘Bushy beard Chris’, un tema luminoso que a la vez es un pequeño homenaje a la película «Jeremy Johnson», dirigida en 1972 por Sindney Pollack. Esta canción no hace sospechar al oyente del origen mediterráneo de Vanova sino que te traslada a montañosos paisajes donde el viento y la nieve obligan a uno a recluirse en sí mismo, a reflexionar.
A nivel literario, las canciones de Vanova están influenciadas por la obra de Paul Auster. Podemos encontrar citas y referencias a sus cuentos en temas como ‘Come into ward’, la tímidamente grunge ‘A boy from the yard’, la brillante ‘Behind the scene’ o la íntima ‘In a 1948 black sedan’. Musicalmente, el dúo transita entre los sonidos acústicos y la tímida electrificación provocada, seguramente, por esa voluntad de escribir, componer y grabar en un entorno casero. Vanova acompaña el CD con un libreto que incluye, además de las letras, bucólicas imágenes rurales, como si eso del Mediterráneo no fuera con ellos (y no lo decimos en tono crítico, sino simplemente descriptivo) y en el que, además, se invita a visitar la página web del grupo, donde se pueden consultar las traducciones de las canciones de este esperanzador y prometedor «The Mellow Tapestry».
ÀLEX ORÓ.
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Per Gessle
«Gessle over Europe»
PHANTOM SOUND & VISION
Nuevo disco en solitario de Per Gessle, componente y principal compositor de Roxette. El dúo sueco siempre se ha caracterizado por ser unos auténticos expertos en clavar hits en las listas y –aún más importante– en las mentes de aquellos que les escuchan. Que nadie vaya de purista, más de uno ha entonado ese brutal trallazo llamado ‘Sleeping in my car’ (¡vaya riff!) o disfrutado del prototipo de glam rock de ‘Dangerous’. Y es que Gessle es un tipo capaz de firmar singles redondos, y cuando estos son ejecutados en vivo funcionan a la perfección.
El descanso forzado de Roxette (la vocalista Marie Fredriksson afortunadamente se libró de un tumor) ha llevado a la otra mitad del dúo a embarcarse en giras y a firmar nuevos discos en solitario. Y lo que «Gessle over Europe» presenta es a Gessle y a su banda en vivo, con un repertorio potente entre manos pero con la carencia de su compañera de Roxette. Si tenemos en cuenta que la citada Fredriksson es fundamental para que el repertorio clásico funcione, lo que ocurre con este trabajo es que se queda a medias.
El guitarrista recupera gemas de brillante pop como ‘The look’ con acierto, pero también endosa flojas redenciones de ‘Dress for success’ o ‘Listen to her heart’ (horrible versión) junto con algunos de sus temas en solitario. Él comprende esas canciones mejor que nadie, de hecho salieron de su puño y letra, pero se echa tanto de menos a Fredriksson que el CD no deja de ser un aperitivo hasta que Roxette regrese por la puerta grande.
JUANJO ORDÁS.
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