CD DE LA SEMANA: «Them Crooked Vultures», de Them Crooked Vultures.
«Them Crooked Vultures son, esencialmente, rudos, mucho, como si en esa tensión de fuerzas que se supone marca una reunión como la suya, Homme hubiera tirado más de su lado de la cuerda, y los otros dos hubieran tenido que volcar toda su energía, en especial Grohl, cuya batería atruena sin descanso»
Them Crooked Vultures
«Them Crooked Vultures»
RCA/SONY
La sola mención de los tres componentes de Them Crooked Vultures ya causó sensación e hizo que se despacharan unos cuantos ríos de tinta y un buen montón de bytes informativos: Dave Grohl (Nirvana, Foo Fighters), Joshua Homme (Queens of the Stone Age) y, surgido del fondo de la historia, el mismísimo John Paul Jones (Led Zeppelin). Juntos han dado forma al último supergrupo, un modelo de banda que siempre tiene asegurada la atención de los medios, el morbo para los seguidores y la suma de distintos públicos (el de cada uno de sus integrantes). Sin embargo, con los supergrupos las expectativas acostumbran a ser muchas y los resultados tendentes a lo irregular, así ha sido siempre y la excepción tal vez sea la que marcaron los Traveling Wilburys. En general, es difícil que se superen los resultados de los días de gloria en solitario o junto al grupo que te aupó al Olimpo Rock; y no, ese tampoco fue el caso de los Wilburys.
Desde luego, no se le puede negar a este trío que le hayan puesto ganas, se han volcado cual boxeador en el combate por el título mundial, cuando sabe que es el centro de atención y no solo ha de ir a por la corona, sino que debe demostrar que es el mejor, y si para ello tiene que hacer alarde de una cierta rudeza, pues todo sea por el espectáculo. Y Them Crooked Vultures son, esencialmente, rudos, mucho, como si en esa tensión de fuerzas que se supone marca una reunión como la suya, Joshua Homme hubiera tirado más de su lado de la cuerda, y los otros dos hubieran tenido que volcar toda su energía, en especial Grohl, cuya batería atruena sin descanso; más comedido ha estado Jones, quien además de hacerse cargo del bajo ha ejercido de multiinstrumentista, con cuerdas y efectos.
Them Crooked Vultures suenan compactos cual bloque de hormigón y las guitarras aúllan a todo trapo en un recorrido que lleva del rock setentero de los Led Zep al grunge de Nirvana y al heavy de los Queens of the Stone Age, por enmedio melodías pop (Foo Fighters) que se pierden entre el ruido y algo de psicodelia que remite indefectible a finales de los 60, cuando Cream y Hendrix dominaban el rock; además, dejan espacio para los solos, confirmando la naturaleza de suma de individualidades con la que se ha gestado el proyecto. Solo un exceso de temas termina por hacer algo tediosa y reiterativa la escucha, aunque el CD augura tormentosa y decibélica gira mundial. Ellos, como queriendo responder a esa pregunta que todos nos hacemos de si esto es solo un divertimento o si tendrá continuación, lanzan sibilinamente el mensaje de «siempre y para siempre». Veremos.
JUAN PUCHADES.
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Asfalto
«¡Al fin vivos!»
LEYENDA RECORDS
El pasado 3 de julio Asfalto grabó por fin su ansiado disco en directo. Fue en Rivas Vaciamadrid. Los pioneros del rock urbano no tratan de vadear horas bajas, o driblar la temible anorexia creativa, sino enlatar en un soporte digital cómo suena la nueva reencarnación de Asfalto en el siglo XXI, cuando descorcha temas nuevos y revisa sus clásicos del siglo pasado. El resultado que ofrece el doble directo es respetuoso con el legado de la banda y rezuma la dignidad que se merece un grupo totémico para el rock español.
El disco presenta una producción magnífica que fideliza lo que se escuchó aquella noche. El sonido está bien hormigonado y ahuyenta el miedo que a alguien como yo le provocan este tipo de álbumes. Existen muchos infaustos ejemplos de bandas que enarbolando la autenticidad han publicado directos que denigran al propio grupo. No es el caso. El sonido es muy bueno. Aunque probablemente hayan acicalado en estudio algún detalle, el álbum replica fidedignamente la memorable actuación. No se deja nada en el tintero. Lo que tocó el grupo es lo que aloja el disco. Se presenta íntegro el set list y se respeta el orden de las veintiún canciones. Se repasa la actualidad sonora del combo con la catedralicia suite de su último trabajo, «Utopía», y su single ‘Gente como tú’. Se releen los clásicos de su época más rockera (‘Desaparecido’, ‘Más que una intención’, ‘La paz es verde’, ‘Búfalo Vil’, ‘Es nuestro momento’). Se revisan las canciones emblemáticas que ya pertenecen al acervo rockero (‘Días de escuela’, ‘Capitán Trueno’, ‘Rocinante’, ‘Ser urbano’, ‘El viejo’). Dejan momentos emotivos para la historia como la participación del ex Asfalto Banegas defendiendo con su maravilloso teclado un popurrí, o la canción coral ‘Lo que el viento no se llevó’ con la que se reivindica el itinerario biográfico del grupo y la de muchos músicos olvidados de la generación del rock urbano de finales de los setenta.
El concierto se puede adquirir también en un doble DVD que presenta el mismo repertorio que el CD pero que viene acompañado por otro DVD suplementario con copioso material extra (entrevistas, acústicos, makinf of, etc.). La filmación del concierto es exquisita y su producción está a la altura de lo que vimos allí. Muestra el mimo y el buen hacer que el grupo siempre ha dedicado a todo lo que le representa. En el epígrafe del debe señalar la ausencia de algún documento que explique la trayectoria de la banda y de paso ofrezca reconocimiento a todos los músicos que han pasado por ella. Todo lo demás es brillante. Asfalto ya tiene en las tiendas su álbum en directo. Aprobó su asignatura pendiente. Por fin dispone de un documento sonoro que agrupa lo más granado de un repertorio repartido en once discos. No los convalida, pero sí los rememora desde la admiración y el cuidado. Ideal para curiosos. Obligatorio para militantes.
JOSEMI VALLE.
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Fanfare Ciocarlia
«Live»
ASPHALT TANGO/KARONTE
Expresivo, aunque breve directo, grabado en Berlín el 4 de abril de 2004 por estos grandes embajadores mundiales de las fanfarrias balcánicas. El hallazgo de aquel ingeniero alemán que en 1996 recaló en aquel pueblecito de Rumanía llamado Zece Prajini (sin tan siquiera apeadero de tren), surtió efecto. En pocos meses, el grupo pasó de tocar en bautizos, bodas y funerales, a pisar los mejores escenarios del planeta. Su repertorio también se transformaría, llegando a abarcar ocasionalmente la música de grandes como Duke Ellington o Gershwin, sin perder su coña local ni su particular colegueo familiar. Y sin usar ni una sola partitura. Todo de oído y a una velocidad de vértigo. La muerte de Ioan Ivancea, cantante y clarinetista de la agrupación, muerto en octubre de 2006, dejó un vacío importante.
En este caso, más interesante aún que el CD de audio con el mencionado concierto, merece, y mucho la pena, el generosísimo contenido del DVD adicional, que recoge las imágenes del concierto de audio (61:50), la extraordinaria película «Iag bari – Brass on fire» (57:00), el tráiler de la película «Gipsy caravan – When the road bends» (3:30), amén de otros muchos extras más. La mejor forma de acercarse a la banda a estas alturas.
GERNOT DUDDA.
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The Pastels & Tenniscoats
«Two Sunsets»
DOMINO POP
La colaboración entre dos grupos para conformar un disco suele ser –por muy lejanas que se encuentren sus estéticas– enormemente productiva. Sea porque la humildad se encuentra presente o, al contrario, porque ambos pretenden sacar lo mejor de sí mismos el resultado acaba siendo una multiplicación y no una suma. Es lo que ocurre en el disco que escoceses y japoneses han amasado, los primeros olvidan esas guitarras que eran las más cortantes del indie pop y los segundos –curtidos en algunas otras colaboraciones– olvidan la electrónica como juego y se dedican a construir canciones. Canciones dulces y perforadas por voces que seguramente recogen pedazos de algún paraíso.
Si no fuese así, sería imposible explicar cómo una versión de The Jesús and Mary Chain, una de las primeras canciones que Stephen Pastels ficho en su sello, puede resultar tan nebulosa y simular al mismo tiempo un aire al Bowie de ‘Heroes’ y a una banda de gaitas. Esto es el disco, un choque de personalidades que se convierte en tensión de belleza. Canciones que basculan hacia el pop o hacia lo exquisito y nunca pierden el sentido. Veamos ‘Tokio Glasgow’, una excavación en la mina secreta del corazón que empieza siendo japonesa y acaba siendo simplemente delicada. Es la primera canción del disco.
Y este refugio de belleza sigue con un surtido catálogo de temas que envuelven paisajes de placidez. La cálida armónica y el andamiaje de la batería que sostienen ‘Two Sunsets’ para evitar que se disuelva, las voces que en ‘Song for a friend’ hieren con suavidad el mar en calma de la melodía, el aire a lo Henry Mancini de ‘Vivid Youth’ con esas trompetas diletantes finales.
Tardaremos en encontrar la voz y el espíritu de los Pastels, pero cuando llegue ‘Sodane’ –ya muy al final– entenderemos que hemos asistido a la depuración de lo que ha sido el indie pop, las guitarras son idénticas a las que acariciaba La Buena Vida en sus primeros discos, básicas y deslumbrantes, canciones que parecen hechas como catálogo de una calma que concluye con abandono, en ‘Start Slowly so we Sound Like a Loch’ los instrumentos parecen tocar solos, sin más criterio que la dejadez, el desgaire. Seguramente esa indiferencia, esos coros angélicos están entrenándose para vivir en el cielo del pop.
CÉSAR PRIETO.
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The Higher State
«Darker by the day»
13 O’CLOCK RECORDS
Después de muchos años de escuchar a centenares de bandas de garaje de distinto pelaje y origen, uno empieza a estar algo escamado. Cuesta encontrar nuevas formaciones que abran alguna grieta imaginativa en este género del rock, que adolece de tener unos patrones demasiado definidos y monolíticos. Los grupos pretenden sonar «como» cualquiera de sus ídolos de los sesenta en una errónea apuesta por el mimetismo en lugar de buscar fórmulas que, sin perder el respeto a los sonidos «vintage», sean más atrevidas. Por eso, damos la bienvenida a «Darker by the day», el segundo disco de The Higher State, una banda con músicos británicos que pertenecieron a importantes combos garajeros de los noventa como The Embrooks y The Mystreated.
The Higher State graban para 13 O’Clock Records, una discográfica tejana independiente. Este detalle es importante porque precisamente The Higher State están influenciados por bandas norteamericanas de los sesenta como Byrds, Love, West Coast Pop Art Experimental Band, Electric Prunes… formaciones de cabecera para cualquier aficionado a los sonidos sixties. Pero lo que hace diferentes a los Higher State es que su sonido no es un calco de sonidos pretéritos pese a que recurren al pedal fuzz para dar empuje a sus composiciones, apuestan por la psicodelia en otras u optan por el folk-rock con aires punk tan característico de las bandas juveniles norteamericanas durante la década prodigiosa. Alguna revista anglosajona ha publicado que Gran Bretaña nunca tuvo una banda tan potente de psicodelia garajera como The Higher State. Nosotros quizás no nos atrevamos a tanto pero hay que reconocer que este cuarteto apunta alto.
ÀLEX ORÓ.
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Joe Perry
«Have guitar, will travel»
ROMAN RECORDS
Los tiempos muertos que Aerosmith sufre gracias a la extraña actitud de un Steven Tyler que parece haber perdido el norte por completo, le han permitido Joe Perry firmar un nuevo disco en solitario. ¡El quinto ya!
Perry no es hombre que se ande con rodeos, se trata de un tipo de la vieja escuela que desea aprovechar el tiempo, de ahí que este «Have guitar, will travel» haya sido grabado de una forma totalmente espontánea. Sorprende un inicio de sonoridades poperas como ‘We’ve got a long way to go’ aunque el tema enseguida se embala con una batería bastante directa y unas guitarras que no reparan en hacer excesivos arreglos. A partir de ahí, el disco se revela como un trabajo variado que, sin llegar a ser una obra maestra, entretiene y mantiene un buen nivel, con un sonido de rock clásico setentero.
Las canciones cantadas por Perry, con su peculiar y altivo estilo, funcionan muy bien. Tal es el caso de ‘Slingshot’ (un boogie muy en la línea del ‘Roadhouse blues’ de The Doors) y del rock and roll clásico ‘Somebody’s gonna get (their head kicked in tonite)’ (¡muy Chuck Berry!). El problema viene a ser el vocalista alemán Hagen, cuya voz suena a Steven Tyler por los cuatro costados. Escuchas un tema realmente bueno como ‘Do you wonder’ y realmente parece que son Aerosmith quienes están tocando y que es Tyler quien canta. En ocasiones logra escapar de la influencia del carismático cantante, pero en cuanto sube tonos los parecidos comienzan a ser más que razonables.
La producción del disco es la justa, no se puede decir que Perry haya invertido una gran suma de dinero en hacer que esto suene especialmente flamante, aunque «Have guitar, will travel» tampoco parece grabada en un sótano. Dejémoslo en producción correcta, sin más. Eso sí, el trabajo a nivel instrumental por parte del guitarrista es soberbio. Como siempre ha hecho, Perry ha puesto su guitarra al servicio de la canción, sin más virtuosismo que su «feeling», que no es poco. Al fin y al cabo de trata de uno de los mejores guitarras del planeta, un tipo que no solo puede dar lecciones de estilo, sino también de técnica comprendiendo perfectamente las necesidades de cada tema.
JUANJO ORDÁS.
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Absolute Ensemble feat. Joe Zawinul
«Absolute Zawinul»
INTUITION/INDIGO
El gran Joe Zawinul pudo cumplir antes de morir el sueño que otros grandes creadores –como Jimi Hendrix, por ejemplo– no pudieron: romper en vida el techo sinfónico de sus creaciones. La idea fue del director estonio Kristjan Järvi, que llevaba rondando al vienés desde 2004 con su Absolute Ensemble bajo el brazo, una reconocida orquesta de cámara de 15 miembros con sede en Bremen, que había logrado merecidos galardones internacionales. Está claro que a sus años, Zawinul tampoco necesitaba ya muchas más sorpresas, pero le hizo gracia, lo vio muy claro y se prestó a la aventura con muchísima más dedicación de lo que cabría esperar de él ante un proyecto «venido de fuera». Primera condición: nada de volver sobre los viejos temas de Weather Report, ya suficientemente revividos. La cuestión era poder dar salida a parte del ingente material inédito atesorado por el músico y demostrar con ello el músico que era hasta el mismísimo momento de su muerte, aquel triste 11 de septiembre de 2007.
Este es, efectivamente, el álbum póstumo de Joe Zawinul tal y como él lo concibió, y tal y como él lo dejó. No deja de maravillar ese sentido poliédrico que tenía su música, doblemente embellecido aquí por las personalísimas virguerías de la orquesta (con grandísimos arreglos de Gene Pritsker) y la ejecución del propio Zawinul a los sintes y al vocoder y la aportación de habituales componentes de su Syndicate, como Sabine Kabongo, Paco Sery o Aziz Sahmaoui, entre otros. Un epitafio bellísimo y único en su género.
GERNOT DUDDA.
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Animal Cannibal
«Amantes del músculo»
GREEN POISON RECORDS
Puro punk, pero auténtico. Animal Cannibal son un potente cuarteto que, operando en Madrid y con el castellano como bandera, rinden culto a las referencias obligadas se ejecuta el citado estilo musical. Es decir, suenan a Stooges y Dead Boys pero aún más sucios (¡será cosa de los tiempos que corren!). Poco más hay que añadir cuando este «Amantes del músculo» encierra espontáneas piezas como ‘Acero Alemán’ (pura provocación sadomasoquista, como tiene que ser), ‘Eyaculación femenina’ o ‘Bloody zombie’. ¿Para qué decir más? Son contundentes, agresivos, violentos y suenan rematadamente bien.
Aquellos que creen que cosas tan endebles como Green Day hacen honor al punk deberían hacerse con «Amantes del músculo» y comprender qué es el verdadero nervio. Esta colección de canciones adrenalínicas son un conjunto de golpes que dejan moratones. No lo dudéis, estos tipos son implacables, una bofetada muy bien dada.
JUANJO ORDÁS.
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