Rockola, Discos. 20 de noviembre de 2009

Autor:

Rockola-20-11-09

CD DE LA SEMANA: «La tierra está sorda», de Barricada.
«Pocas veces se hibridan con tanta naturalidad la investigación y el rock de guitarras peleonas. Barricada continúa viviendo esa segunda juventud iniciada con el advenimiento del siglo XXI y entrega hermosas melodías trufadas de distorsión y textos cada vez más poéticos, menos convencionales, menos trillados, más cultivados y sugerentes. Me quito el sombrero ante los navarros»

Barricada-20-11-09Barricada
«La tierra está sorda»

WARNER

Estamos ante el disco conceptual de Barricada, un discolibro monográfico sobre la Guerra Civil española. Me he explicado mal. No es un disco sobre la Guerra Civil, es un documento sonoro que retrata con conocimiento y aval histórico la descarnada represión posterior a la Guerra Civil. Un catálogo del genocidio implacable de los vencedores sobre los vencidos, la condición depredadora y las pulsiones de exterminio que dirigieron el comportamiento del ejército de Franco, el clero, los acaudalados y parte de la población civil. La ignominia bautizada como cruzada se cristalizó en vejaciones cotidianas a los denominados rojos, exilios, encarcelamientos, torturas, asesinatos, fusilamientos masivos, eliminación de su memoria, su recuerdo, sus ideas, su dolor. El gran tirano y sus acólitos convirtieron las cunetas de media España y las tapias de los cementerios en un enorme matadero.

El extenso libro adosado al disco es un resumen de lo ocurrido antes de la gran matanza y el feudalismo cruento que atravesó los cuarenta años siguientes. Un muestrario de la repulsión que sentían los militares golpistas por la cultura y la inteligencia y cómo la dictadura más inmisericorde buscó la legitimidad paseándose bajo palio. Se acompaña de testimonios de historiadores y gente dedicada a recuperar la memoria histórica, a reclamar que se exhumen las fosas comunes para poder enterrar decentemente a sus seres queridos, a recordar el expolio patrimonial sufrido por muchos ciudadanos, a señalar la infamia que supone que en nuestras calles haya símbolos de reconocimiento a ese régimen de odio y aniquilación.

Del mismo modo que otros grupos de rock en trabajos que orbitaban en torno a la Guerra Civil anunciaban su imparcialidad, Barricada deja claro su partidismo sin afán vengador, su filiación por el gobierno legítimo de la República, sus maestros y su empeño en alfabetizar, por aquellos que fueron asesinados por enarbolar ideas de justicia e igualdad, por derribar privilegios atávicos, por defender un estado laico emancipado de cualquier organización vinculada a entidades sobrenaturales. Oyes las canciones del álbum y son trallazos de indignación, ese sentimiento que brota ante la lacerante contemplación de la injusticia. Te las crees, son honestas, rezuman sinceridad documentada, no hueles a plástico, a impostura, al bochornoso y frecuente panfleto, a diatriba de descerebrado, a insurgencia de barra de bar. Barricada imparte historia mientras ofrece su magisterio de rock and roll.

Cada canción es un reclamo de dignidad. Pocas veces se hibridan con tanta naturalidad la investigación y el rock de guitarras peleonas. Barricada continúa viviendo esa segunda juventud iniciada con el advenimiento del siglo XXI y entrega hermosas melodías trufadas de distorsión y textos cada vez más poéticos, menos convencionales, menos trillados, más cultivados y sugerentes. Me quito el sombrero ante los navarros. Por su valentía, por su deseo de hacer cosas diferentes, por tener las agallas de investigar, por mezclar disidencia y cultura. Barricada devuelve al rock su génesis insurgente. Y lo hace sin equidistancia ni tibieza. Haciendo honor a su nombre y a su trayectoria.
JOSEMI VALLE.



Morrissey-20-11-09Morrissey
«Swords»

UNIVERSAL

El completista de la obra de Mozzer tiene un nuevo motivo de alborozo ante este «Swords», recuento de caras B de todos los singles publicados por el ex Smiths en los últimos cinco años, justo desde que «You Are The Quarry» (2004) marcase su retorno triunfal tras siete años de mutismo. Con él, y sin que ello suponga contradicción alguna con aquella crítica a la voracidad de las multinacionales que esbozase en el lejano «Paint a Vulgar Picture» en 1987 (aquello del «reissue, repackage, repackage…», sí puesto en entredicho sin embargo con recopilaciones más complaciente y obvias como «World of Morrissey», del 95, o «Greatest Hits», de 2008), el de Manchester no hace más que continuar aquella tónica predominante en su obra desde los tiempos de los Smiths: agrupar en un mismo volumen todos aquellos temas descartados de las sesiones para la grabación de su última tanda de álbumes.

El resultado se resiente, no obstante, de la no inclusión –a diferencia de las compilaciones citadas– de algunos de los puntos álgidos de esos álbumes, por lo que ni mucho menos iguala las cotas de aquellos recopilatorios de su banda madre. Ni siquiera de algunos ya en solitario, como «Bona Drag» (1990). Al igual que la práctica totalidad del irregular «My Early Burglary Years» (1998), se trata de un disco enteramente compuesto por descartes, cuyo tono responde al carácter fluctuante de su obra en lo que llevamos de siglo, capaz de entregar obras tan vibrantes como «Years of Refusal» (2008) o tan plúmbeas como «Ringleader of The Tormentors» (2006), en un lapso de tiempo tan breve. Lo mejor de este lote son algunos arrebatos rockeros ya bien presentes en sus directos (‘Don’t Make Fun Of Daddy’s Voice’, ‘It’s Hard To Walk Tall When You’re Small’), ciertas baladas que podrían haber escapado de su condición de desecho (‘The Never Played Symphonies’, sin ir más lejos) y la curiosidades de turno, como la colaboración de Chrissie Hynde en la discreta ‘Shame Is The Name’ o la versión sui generis del ‘Drive-In Saturday’ de Bowie, con una letra que rinde homenaje a sus héroes de adolescencia, los New York Dolls. Sin olvidar los seis temas grabados en un directo en Varsovia el pasado mes de julio, incluidos en la edición limitada, que certifican la rocosa compostura que su banda sabe otorgar a su temario.
CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.



Bona-20-11-09Bona
«The ten shades of blues»

EMARCY/UNIVERSAL

Han pasado justo diez años desde que Richard Bona publicara su primer disco («Scenes from my life») y él siente que es tiempo para hacer balance, pero con una nueva grabación de estudio en la mano. Aquel joven camerunés que años antes había tenido que buscarse la vida en Alemania y Francia, y sobre todo aprender, es ahora uno de los mejores bajistas del planeta y uno de los músicos más solicitados y requeridos de la escena musical. Las tentaciones para convertirse en algo que no merecería la atención de estas páginas han sido muchas, pero ha sido muy inteligente porque en todos los palos que ha tocado nunca se ha salido en exceso del eje jazz/world music, que es lo que le ha permitido innovar, experimentar y merecer parte en ese sagrado club liderado por gente como Joe Zawinul, Trilok Gurtu o Manu Dibango.

Lo mejor de este «The ten shades of blue» es que no va a defraudar a quienes esperen de él algo más que sus consabidos –y por otra parte maravillosos– gorgoritos vocales. Sus raíces étnicas están bien presentes en temas como ‘Kurumalete’, ‘Souleymane’ o ‘Yara’s blues’. Para todas las piezas del álbum sitúa un punto de conexión en el blues. Un blues a veces muy funky, está claro, pero con argamasa suficiente para atar lazos entre la India, Africa y el sur de EE.UU. (‘African cowboy’ es una bellisíma pieza que tiene banjo y violín, muy Apalaches ella). Todos ellos han sido sitios a los que él mismo ha viajado y en donde ha grabado, y con músicos locales (de los que hay que destacar claramente a la parte india).

No sé en qué lugar del camino se habrá dejado aparcado lo de «Richard», pero nos vamos a tener que acostumbrar a este Bona a secas que de seco nada porque demuestra con hechos una fertilidad y una personalidad únicas en su especie.
GERNOT DUDDA.



Lovely-20-11-09Lovely Luna
«Chang y Eng»

ESPUTNIK/GOIDEL

Lovely Luna son algo así como los Simon & Garfunkel del pop español, un dúo de orientación folk que se nutre de la suma de las personalidades de sus dos integrantes, Xoel Lópezy Félix Arias. Pero citamos a Simon & Garfunkel como podríamos mencionar a CRAG, José y Manuel, Víctor y Diego o, incluso, a los Duncan Dhu más acústicos y melódicos, nombres todos ellos que nos caen más cerca pero a los que, es de imaginar, ni López ni Arias habrán escuchado en exceso. En cualquiera de los casos, son buenas referencias para hacerse una idea de por dónde va esta inestable pareja que también se nutre del pop psicódelico británico de los 60. Y aunque en lo que hacen hay algo de «déjà vu», de música del pasado, se les perdona porque a fin de cuentas esto del folk-rock es un clásico y Lovely Luna se dedican a ello sobrados de calidad y talento. Además, ahora el tiempo les da la razón y su sonido, tan atemporal, baña muchas de las producciones independientes nacionales e internacionales actuales: juegos vocales, naturalidad campestre, guitarras acústicas en primer plano…

Pero lo que tiene Lovely Luna y muchos otros no alcanzan, son buenas canciones. Diez en este caso, y no sobra ninguna. Todas se escuchan con agrado, todas capturan al oyente, desde las que llevan el sello compositor indeleble de Xoel a las más «british» de Félix. Son canciones de aquellas que cuentan historias, canciones para paladear despacio. ¿Destacar alguna? ¿Para qué, si todas merecen la pena? Descúbranlas por ustedes mismos, que para algo estamos ante un gran disco, que de tan natural, y viniendo de quienes viene, parece que no quiere serlo. Pero lo es. Que no nos engañen las apariencias.
JUAN PUCHADES.



Blottle-20-11-09Bottle Rockets
«Lean Forward»

Bloodshoot/Locomotive

Bottle Rockets es una de esas bandas capaces de reconcialiarte con el sonido llamado «americana». Con quince años de trayectoria a sus espaldas, Bottle Rockets se han especializado en los sonidos rockeros respetuosos con la música raíces de los Estados Unidos por lo que están influenciados por boggie sureño, el country-folk y el rock más correoso. «Lean Forward» es su décimo álbum y pese a que no editaban ninguno desde hace tres, podemos afirmar que la banda liderada por Brian Henneman está en plena forma.

«Lean Forward» contiene una docena de canciones que gustaran a aquellos que disfruten de los temas que hablan de rockanrolear con los colegas y los coches rápidos, como en el caso de ‘Nothin’ but a driver’. No obstante, también hay espacio para temas algo más reflexivos, de aquellos que se fijan en las pequeñas cosas cotidianas como ‘Get on the bus’, que narra las odiseas de aquellos que usan el transporte público como medio para desplazarse. Es en estas composiciones en las que Henneman se luce más. Otro ejemplo es ‘Kid next door’, la historia de un joven que se alista en el ejército y no vuelve jamás a casa, un tema que, sospechamos, debe ser de máxima actualidad en los Estados Unidos con miles de chavales desplazados a Irak y Afganistán.

La fórmula musical de Bottle Rockets no se ha movido ni un ápice de sus anteriores propuestas, pero al escuchar a este tipo de bandas lo que te apetece es que te ofrezcan una buena dosis de rock, una de esas dosis que se pueden disfrutar al tiempo que te bebes unas cervezas. A veces, es lo único que pides y Bottle Rockets te lo dan.
ÀLEX ORÓ.



Musgaña-20-11-09La Musgaña
«Idas y venidas»

LUBICÁN/KARONTE

La Musgaña es todo un magisterio sonoro. Cada trabajo nuevo es un regalo para los sentidos que nos acerca al folclore leonés y castellano en absoluto 3D. Dicho sea esto para recordarle a los reticentes a las músicas de raíz que aquí no hay caspa pueblerina ni manifiestos trasnochados. El contenido musical es profundo y de una interpretación vibrante y vertiginosa. La elección de la fórmula instrumental les permite innovar con mayor libertad sobre el repertorio autóctono, que en este caso ha visto desplazado en buena parte del álbum su tradicional eje de la Ruta de la Plata unos 150 Km. al este sobre lo que solía ser habitual en el grupo (¿un nuevo Tratado de Tordesillas?).

Estas quince nuevas piezas forman parte de un trabajo que les permite continuar sólidamente con el proyecto La Musgaña tras el desgraciado coma en el que cayó en verano de 2004 Quique Almendros, pieza fundamental del grupo e intérprete de gaita charra (flauta de tres agujeros propia de Zamora y Salamanca). Los veteranos Jaime Muñoz (clarinete, flauta y tamboril, gaita) y Carlos Beceiro (zanfona, mandola, guitarra) mantienen la dirección de la banda, a la que se han ido integrando estos últimos años Diego Galaz (violín) y Jorge Arribas (acordeón). Y la sonoridad tan especial de este «sonido diatónico» se nos presenta maravillosamente a través de jotas, dianas, charradas peñarandinas, corridos segovianos, molineras, danzas y pasacalles, tomados la mayoría de viejos cancioneros, como el «Cancionero Popular de Burgos» del maestro Federico Olmeda o el «Nuevo Cancionero Burgalés» del compositor Antonio José.

Cuando otros países tienen una banda de estas características, los parroquianos hacen la ola a su paso. Aquí, por el bien de nuestro propio estímulo, deberíamos hacer lo mismo. Si queremos oxígeno, aquí lo tenemos.
GERNOT DUDDA.



dodos-20-11-09The Dodos
«Time to Die»

WICHITA/NUEVOS MEDIOS

Tercer disco de The Dodos, un trío de pop independiente afincado en San Francisco.»Time to Die» sigue la estela de «Beware of the Maniacs» (2006) y «Visiter» (2008), dos trabajos en los que The Dodos exploraron las posibilidades de mezclar percusiones africanas con el country blues, entre otros interesantes experimentos sonoros. En «Time to Die», The Dodos se han vuelto más predecibles y han aproximado su sonido al de formaciones como Fleet Foxes o The Shins, bandas que han sido producidas por Phil Ek, resonsable también de este disco. En «Visiter», el grupo arriesgaba. Una canción se iniciaba en un territorio sonoro concreto y acababa en uno completamente diferente, especialmente en el apartado de percusión. En este último lanzamiento, la huella del folk-rock es más evidente en temas como ‘Acorn Factory’ mientras que en ‘Two Medicines’ aflora la vertiente más pop del trío. En general, las baterías y las percusiones parece que se quedan en un segundo plano con lo que desaparece el lado más salvaje del grupo. No obstante, en canciones como ‘This Is a Bussines’ guitarras y percusiones recuperan algo de los endiablados diálogos sónicos tan característicos de The Dodos.

«Time To Die» no es un mal disco. Lo que sucede es que no supera a sus predecesores. Esperemos que para el grupo este trabajo sea solo un pequeño paso atrás como el que hacen los cangrejos para poder hacer después dos adelante.
ÀLEX ORÓ.



Anterior entrega de Rockola.

Artículos relacionados