Lo Que Hay Que Tener: Smokey Robinson

Autor:

smokey-robinson-04-10-09

Smokey Robinson
«Pure Smokey»
MOTOWN/UNIVERSAL, 1974


Una sección de LUIS LAPUENTE.


A punto de expirar su contrato con Motown (renovado en condiciones ventajosas a principios de 1976), Smokey Robinson preparaba su segundo trabajo en solitario, consciente de la tibia acogida dispensada por la crítica y el público a su álbum de debut sin The Miracles, el por otra parte espléndido «Smokey».

«Pure Smokey» tampoco arrasó en las listas: alcanzó el número 99 en las de LPs y tres de sus singles (‘It’s her turn to live’, ‘I am, I am’ y ‘Virgin man’) se colaron en los puestos 29, 6 y 12 respectivamente del Top 100 de R&B del rotativo «Billboard» (82, 56 y 56 del de pop). Pero sí, al menos, abrió los ojos y los oídos de los buenos aficionados al soul elegante y los reconcilió con una de las máximas figuras de la década anterior: El autor de gemas memorables de la categoría de ‘The tracks of my tears’, ‘My girl’, ‘I second that emotion’ o ‘The tears of a clown’ volvía por sus fueros con una delicada colección de piezas románticas, afiladas disecciones del laberinto de los sentimientos amorosos.

Dejando aparte el segundo corte del álbum (‘The love between me and my kids’), una chispeante declaración de amor paterno-filial subrayada con divertidos dibujos de la guitarra de Marv Tarplin, las restantes canciones de este disco reinciden en el tema favorito de Smokey: los afluentes y recovecos sentimentales de la pasión, desbrozados siempre desde un punto de vista poético y vulnerable. En ese sentido es paradigmática la sensacional ‘Virgin man’, una emotiva confesión de inseguridad masculina ante la inexperiencia sexual, con ese estribillo recurrente a modo de súplica (“¿Puedes amar a un hombre virgen?”) que Smokey desliza aquí y allá, doblando su voz en diferentes planos y engalanándola con un enjambre de adornos impresionistas de guitarras, vientos y cuerdas, uno de los tesoros ocultos de la historia del soul.

‘It’s her turn to live’ es otra de las canciones mágicas de Pure Smokey. Coescrita con su inseparable Marv Tarplin, se trata de un tiempo medio adhesivo y cool, de nuevo aderezado por el fabuloso wah wah de Tarplin, en el que brilla como nunca el falsete del ex líder de The Miracles. La excelente ‘I am I am’ juega con un estribillo saltarín para desembocar en el terreno de la balada lubricante, igual que ‘Asleep on my love’, ‘She’s only a baby herself’ y ‘Fulfill your need’. ‘Just passin’ trough’, la única pieza ajena a la pluma de Robinson, baja un poco el listón, y ‘A tattoo’ ofrece al gran Willie Hutch (que acababa de debutar con el soundtrack de «The Mack») la posibilidad de lucir sus habilidades a la guitarra junto a su amigo Smokey.

«Pure Smokey» prologó una de las dos grandes trilogías de su autor: la primera (1974-76), integrada por «Pure Smokey», «A quiet storm» y «Smokey’s family Robinson»; la segunda (1979-81), por «Where there’s smoke», «Warm thoughts» y «Being with you». Y anunció la brillante trayectoria en solitario de un solista exquisito, el genuino poeta del soul, cuyo último álbum, «Time flies when you’re having fun», acaba de aparecer celebrando cincuenta años de actividad artística, en su propia compañía, Robso.


Anterior entrega de Lo Que Hay Que Tener: Sparks, “Profile: the ultimate Sparks collection”.

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