CD DE LA SEMANA: Ur&Gente, de Javier Urquijo.
«Deberemos recordar que hay un Urquijo, Javier, que ha quedado fuera de las biografías oficiales porque únicamente apareció en los tres primeros discos, aquellos que estaban repletos de grandes canciones pero que con el tiempo han quedado malditos. A Javier le ha salido una preciosidad y se le quiebra la voz. Treinta años después y aún le tiembla la saliva»
Ur&Gente
“Ur&Gente”
J. PALOMO RECORDS
Para entrar en contexto deberemos saber que existe algo llamado pop español, por antonomasia. Un estilo que busca sonidos cómodos, correctos y, por otra parte, entrañables. Sonidos que recorren un espectro que comienza en los aspectos más suaves de la Nueva Ola madrileña y termina en grupos que bajaban de la Sierra madrileña o en La Guardia. No pasa más allá y así se reproduce hoy en día. Por supuesto son grupos, los actuales, que no van a parar a las grandes masas. Proclaman la autoedición y un circuito de conciertos efectivo y seguro.
Por otro lado, deberemos recordar que hay un Urquijo, Javier, que ha quedado fuera de las biografías oficiales porque únicamente apareció en los tres primeros discos, aquellos que estaban repletos de grandes canciones pero que con el tiempo han quedado malditos, reeditados con usura en recopilatorios para salir del paso.
Ambas cosas son las que recoge “Ur&Gente”, una recreación de esas canciones correctas y un despliege de la magia que Javier Urquijo filtró para esos tres primeros LPs de los Secretos. De hecho, nada impide escucharlas atendiendo a lo mismo que enamora de los primeros Secretos; ‘A plena luz’ se mueve en coordenadas nuevaoleras y esa guitarra que crece en ‘Agua de lluvia‘ parece salida de una de sus primeras producciones. No en vano salió de la pluma de Javier para que la cantara Enrique, y se acompaña en el disco la versión que probó en maqueta un mes antes de morir. Si contamos que está la guitarra de Álvaro, seguramente es la última vez que los tres hermanos tocaron juntos.
Virtud del disco es también el elenco de colaboradores, desde Jesús Redondo (teclista de Los Secretos), que ayuda en tareas de composición, hasta el histórico José María Guzmán que produce, hace coros, toca guitarras y consigue en alguna canción un aire a lo CRAG. Y todo envuelto en uno de esos momentos de inspiración que hace, por ejemplo, que el recuerdo de Canito en ‘Como un ciego‘ bascule entre la belleza y el sentimiento.
A Javier le ha salido una preciosidad y se le quiebra la voz. Treinta años después y aún le tiembla la saliva.
CÉSAR PRIETO.
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Ali Campbell
“Flying high”
JACARANDA/NAÏVE
“Flying high” es el tercer disco en solitario del cantante de UB40 y el primero que graba desde su separación del célebre grupo de Birmingham. En los años 80, UB40 jugó su rol en la Inglaterra de la guerra de las Malvinas y las huelgas de Margaret Thatcher con su proletarismo y sus letras irónicas y comprometidas. Sobre todo con sus directos, que te aseguraban una numerosa banda multirracial en escena y unas secciones rítmica y de metal inusuales para el mainstream de la época. A todo aquello sigue apuntando con nostalgia Ali Campbell en su disco, pero sin querer reconocer que el entorno y las circunstancias ya no son las mismas. Aun así y todo, su voz retiene. Y defiende una producción de acabado fino que ya no es muy frecuente ver por aquí (aunque la llene toda de invitados que no siempre aportan). Pero otra cosa es que las canciones emocionen.
Empieza el álbum moderadamente bien, por la senda de Gregory Isaac (‘Nothing ever changes’). Pero poco más, a no ser una discreta versión del ‘My heart is gone’ de John Holt. Repite hasta en eso: en los covers de temas que originalmente no eran reggae (fórmula que tan buenos resultados dio en el pasado a su grupo madre). Pero después de Tom Jones (y el propio Paul Anka), difícil se hace mejorar un “She’s a lady”, aunque cuente para ello con la voz de Shaggy.
UB40 fue un grupo de pop, y ni más ni menos que esto es lo que sigue siendo Ali Campbell. No podemos pretender nada mucho más sofisticado que eso.
GERNOT DUDDA.
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Modular
“Fantasias de un robot psicodélico”
ELEFANT RECORDS
‘Picnic en el arco iris’, ‘Perdidos en el espacio”, ‘Ovni’, ‘Festín surreal’ o ‘Revolución de los vegetales’, son algunos de los sugerentes títulos de las canciones que incluye “Fantasías de un robot psicodélico”, el CD de debut de Modular, un dúo argentino formado por Mariana Badaracco y Pablo Dahy.
Modular proponen un pop psicodélico de corte retrofuturista, una palabreja con la que el que suscribe quiere hacer entender al lector que Dahy y Badaracco utilizan antiguos sintetizadores analógicos para conseguir un sonido que hubiera servido perfectamente para una banda sonora de una película de ficción de serie B de los años sesenta. Influenciados por Giorgio Moroder, John Barry, George Gershwin, Os Mutantes y Esquivel, entre otros, Modular son capaces de articular temas con aires de bossa nova, arreglos orquestales imponentes y suntuosos, sonidos lounge, space pop latino. Si a eso le sumamos la peculiar forma de cantar de Mariana Badaracco obtenemos un pop colorista, luminoso y optimista muy alejado de las propuestas más rockeras que llegan de Argentina. “Fantasías de un robot psicodélico” incluye un total de 16 temas, algunos procedentes de maquetas editadas entre 2005 y 2008, en los que además de los ya citados destacan composiciones como el instrumental psicodélico ‘Master en tarot” (ideal para una sintonía de un programa de radio) y la kafkiana ‘Hombre hormiga”.
ÀLEX ORÓ.
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Pete Yorn & Scarlett Johannson
“Break up”
ATCO RECORDS/WARNER
Sí, Scarlett Johansson. La dulce y sobrevalorada Scarlett Johansson. No se trata de un error, estamos recomendando un disco de Scarlett Johansson. Así como su primer trabajo se presentaba con un “Hola, ¡qué tal! Soy ‘Anywhere I lay my head’, el disco de Scarlett Johansson. Por favor, ayúdame a morir”, esta vez nos ha maravillado. Scarlett Johannson se ha unido con Pete Yorn, un artista no muy conocido por estas tierras, para grabar “Break up”. Son apenas nueve canciones en las que relatan una relación de amor tormentosa y es que, con ese título, no podían hablar de cómo los pajaritos les despiertan con sus trinos por las mañanas. El resultado de la corta pero intensa unión es comparable con la del dúo formado por Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot, y resulta bastante aceptable. De todas formas, estaría bien que alguien crease algo nuevo de una vez y dejasen de aparecer “los nuevos X”.
Pete Yorn y Scarlett Johansson empiezan por el principio porque el final de la historia es bastante triste. El arranque de “Break up” es brillante, destacando ‘Relator’, pegadiza y con una buena instrumentación, ‘Wear and tear’, una canción folk pop muy recomendable gracias a los violines y al ukelele y ‘I don’t know what to do’, en la que Johansson canta sospechosamente bien. A partir de ahí el disco va perdiendo fuelle, le falta alguna canción más con carisma, pero afortunadamente es una obra breve y no da tiempo a escuchar a Scarlett desafinando ni canciones que hagan daño al buen gusto, como en el álbum de versiones de Tom Waits.
“Break up” suena bastante bien. Será porque Pete Yorn ha compuesto todos los temas (salvo ‘I am the Cosmos’, de Chris Bell) o porque Scarlett Johansson ha dejado de ser rubia; será porque casi todo el peso del disco recae en él y no en ella, será porque en realidad la música no es un mero pasatiempo para Scarlett Johansson y en realidad tiene algún tipo de talento musical y nos había engañado a todos como a bellacos con su primer trabajo.
Tampoco vamos a comparar ahora a Johansson con Norah Jones pero, por suerte, la joven ya no necesita urgentemente clases de canto. De todas formas, ¿por qué ciertos artistas tienen que demostrar lo que valen dos o tres veces más que los demás? ¿Por qué no empezamos a definir a Scarlett Johansson como “cantante” y no como “actriz que canta”? Las nueve canciones de esta obra bien podrían sonar en las radiofórmulas o en una reunión de amigos. “Mira lo que acabo de descubrir. Sí, es el último disco de Scarlett Johansson. Esta vez no lo uses de posavasos, por favor”.
AINHOA REBOLLEDO.
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Rinôcérôse
“Futurinô”
V2-COOPERATIVE-NUEVOS MEDIOS
Jean-Phillipe Freu y Patrice Carrié son una pareja de psicólogos metidos a músicos. O mejor dicho, dos músicos franceses con estudios de psicología. Son la columna vertebral de Rinôcérôse, una de las formaciones más singulares de la escena pop-rock francesa. En primer lugar, porque apuestan por el inglés como lengua vehicular de sus trabajos. En segundo, porque enfocan toda su producción artística a la pista de baile, a la diversión. Es decir, los discos de Rinôcérôse son un producto con una fuerte vocación internacional, algo que no siempre pasa con los artistas franceses.
“Futurinô” es su quinto LP. Los tres primeros se basaban en el dance-rock de una manera algo uniforme. Hace cuatro años con “Schizophenia” dieron una vuelta de tuerca a su propuesta musical. Las guitarras se tornaron más agresivas, hasta el punto que se podían intuir influencias de The Who pero, sobre todo, de Primal Scream. Con “Futurinô” repiten la jugada y les sale bien. Utilizan la misma fórmula que en su trabajo anterior: invitar a diferentes cantantes para que interpreten cada uno de los diez temas del disco. No obstante, hay que subrayar que las guitarras son más enérgicas y la electrónica más cruda. ‘Time machine’ es el tema más destacado de “Futurinô”, un disco que debería suponer un nuevo cambio de rumbo para los Rinôcérôse.
ÀLEX ORÓ.
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My Uncle The Wolf
“The king’s ramson”
CARGO RECORD / LOCOMOTIVE
Desde su disco de debut, los neoyorquinos My Uncle The Wolf siempre han tratado de combinar la fuerza instrumental con ambientes que aporten calado y dimensión a las canciones. Ese era su punto fuerte, lo que podía diferenciarles de tantas bandas influidas por el paradigmático sonido Black Sabbath. En este nuevo EP dan un paso de gigante al respecto, acercándose aún más que en su primer largor a la perspectiva de unos The Doors, por lo que es fácil imaginar que lo que “The king’s ramson” plantea es una mezcolanza bastante particular, pero que funciona y que debería concretarse en su próximo largo. La fórmula de su sonido se basa en dotar a sus duras guitarras y bases de un elemento etéreo, lo cual unido a la hipnótica voz de su vocalista asegura un viaje interesante hacia lugares lúgubres, solitarios, que igual golpean que envuelven. No son la próxima revolución musical pero amplían horizontes, mostrando un interés por avanzar que obliga a tomárselos en serio. Ahora, eso sí, tienen que cimentar mucho su propuesta. Al fin y al cabo esto es un EP.
JUANJO ORDÁS.
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Powder
“Biff! Bang!”
GUERSSEN RECORDS
Sonaban como The Who pero no eran ingleses, sino de California. Powder fue la banda mod-pop más excitante de los Estados Unidos durante los sesenta y pioneros de lo que, diez años después, fue el power-pop. “Biff! Bang!” fue disco de cabecera de muchos aficionados a los sonidos sixties en España a finales de los ochenta.
Powder eran un trío de San Mateo, una población cercana a San Francisco y rozaron con la punta de los dedos las mieles del éxito cuando estuvieron a punto de ser apadrinados por Sonny Bono, el marido y compañero artístico de la tuneada Cher en los sesenta. Hacía casi veinte años que esta grabación no se reeditaba en vinilo. Durante todo este tiempo sólo ha estado disponible en CD en el sello Distortions. Ahora, el sello leridano Guerssen Records lo ha vuelto a poner en circulación para el goce y disfrute de todos los amantes de los ritmos flequilleros. Quienes se hagan con una copia de “Biff! Bang!” encontrarán piezas maestras como ‘I try’, que recuerda de manera inequívoca por sus armonías y el poderío de las guitarras, al sonido Who de 1965-67 y especialmente a temas como ‘Happy Jack’ y ‘So sad about us’. ‘Turn another page’ es otra composición destacadísima, la auténtica prehistoria del power pop con The Nerves a la cabeza; sin olvidarnos de ‘Magical Jack’, un tema de épica psicodélica. ‘Gladly’, un tema con una consistente batería, trallazos guitarreros a Pete Townshend y bonitos coros, es la otra gema que nos permitimos recomendar de este disco tan fetén.
ÀLEX ORÓ.