DISCOS
«Una banda de pop que sabe llegar a los sentimientos de la manera más sencilla y más encantadora»
Axolotes Mexicanos
3
ELEFANT RECORDS, 2021
Texto: CÉSAR PRIETO.
Elefant, cada vez más, es una compañía de discos necesaria. Acoge un tipo de pop que nadie más edita, excepto sellos de distribución muy escasa y poca tirada. Nadie más apuesta por pop luminoso, puro, por darle cancha a grupos nuevos con continuidad, y en vinilo. Es un espectro necesario, pero sin Elefant quedaría huérfano. La música popular también ha de ser circense, de ambiente festivo, llena de colorido. Y así es “Opening”, la canción que abre 3, una verdadera verbena del siglo XXI; un disco que se cierra con “Ending” —en justa correspondencia—.
Este tipo de pop ingenuo suele estar construido por grupos muy jóvenes, casi de bachillerato. Así es que tienen un campo abierto, vastísimo, para evolucionar. Y Axolotes Mexicanos lo han hecho. En primer lugar en las letras, mucho más crudas, directas, con esos insultos que aparecen en la ebullición hormonal del amor, no llega al cinismo y acidez de Los Punsetes, o a la desfachatez de Carolina Durante, dos de cuyos miembros lo son también de Axolotes Mexicanos, pero en “Cara de idiota” —musicalmente afín a los primeros tiempos de La Casa Azul— se deja bien clara la autoconmiseración. Unos desprecios que se tiran crudamente —ahora sobre el moscón que zumba alrededor de las chicas— sobre el ritmo endiablado de “Que te pires”.
Lo que sí es el grupo asturianomadrileño es ultrapop, marcado —otra evolución— por cierto regusto en el pasado. Ya “Verano en espiral” es un estallido de verano, pero un verano que posee visos de ser el último de la juventud. Y esa sensación de nostalgia va tiñendo todo a medida que avanza el disco. A partir de “No sé si llamarte” prevalecen los medios tiempos y la que le sigue, “Te quiero”, no solo es un medio tiempo, sino que parece aromarse un tanto de pop sesentero, que no es influencia reconocido en el grupo.
Y llegamos al final. “Gotelé” y “Quiero que vengas” son preciosidades, con algo de bossa y Donosti Sound. Las que inciden más con sus letras en recuerdos, en evocaciones. A ello contribuyen los coros celestes —en la primera— y la voz de Olaya cantando con convicción, con seguridad. Y “De aquí a un año” traspasa estos medios tiempos finales al futuro; no solamente el pasado es digno de nostalgia, también lo es el futuro.
Entre medias, se han colado algunas luminosas perlas: “Vergüenza”, la más plagada de electrónica, de conflictos sentimentales y de sentimientos que se enfrentan. O “OshareKei” — un género musical japonés de hace veinte años—, con ese aire oriental en los arreglos que demuestra su reconocido amor por el anime y todo el mundo del que tira. Pero en el fondo, lo que va a quedar del disco son canciones que demuestran que Axolotes Mexicanos no son un grupo superficial, son una banda de pop que sabe llegar a los sentimientos de la manera más sencilla y más encantadora.
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Anterior crítica de discos: An overview on phenomenal nature, de Cassandra Jenkins.