Una vez instalados en la primera fila del rock patrio, el cancionero de León Benavente ha acumulado ya la suficiente cantidad de canciones para poder ir rescatando algunas que han quedado más escondidas a los ojos de una audiencia ajena a su obra al completo.
Texto: SERGIO ALMENDROS.
Foto: JORGE FUEMBUENA.
Ya con cuatro discos más dos epés en el mercado, León Benavente puede dejar de considerarse ese grupo nuevo compuesto por músicos viejos (perdónenme la osadía), esa mal llamada gran esperanza de la música indie (de nuevo disculpen lo poco inapropiadas que están siendo las adjetivaciones), una banda que álbum tras álbum ha ido aumentando su apuesta tanto en calidad como en riesgo. Una vez instalados en la primera fila del rock patrio, el cancionero de León Benavente ha acumulado ya la suficiente cantidad de canciones para poder ir rescatando algunas que han quedado más escondidas a los ojos de una audiencia ajena a su obra al completo. Hablar de intentar destacar algunos temas desconocidos de un grupo de rock en la actualidad es casi una perogrullada, ya que vivimos momentos en los que resulta harto complicado que un grupo de rock logre realmente un puñado de canciones conocidas, refiriéndonos por conocidas al ámbito más allá de sus seguidores más fieles, toda vez que la música popular en estos momentos se encamina por unos derroteros totalmente diferentes. Sea como sea, creo que la idea del texto puede resultar clara y no es otra que hacernos eco de aquellas composiciones que no se encuentran entre las más evidentes del grupo, aquellas que nunca fueron single (¿siguen existiendo los singles en estas esferas?) y que poco o ningún espacio han encontrado en sus directos pero que por su calidad bien merecen un pequeño altavoz.
“Televisión”, Televisión (2016)
Lo más recurrente en estos textos de “canciones escondidas” es tirar de temas que no aparecieron en los discos, digamos, oficiales, por ello esta canción es idónea para empezar, pero lo es también por la calidad de la misma. Con la colaboración de Enrique Bunbury y monopolizando este la parte vocal, León Benavente dio continuación con esta canción a los sonidos recién estrenados en su álbum 2, es decir, electrónica saturada dando empaque a unas hechuras aún eminentemente rockeras para envolver unas letras que seguían tirando de crítica y sátira social.
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“Habitación 615”, 2 (2016)
Como ya hemos apuntado, en aquel segundo disco, León Benavente dio un paso al frente sorprendente al inundar sus nuevas composiciones de sonidos electrónicos. Además, Abraham Boba acentuó hasta el extremo en algunos casos una forma de cantar casi en recitado, como ya había hecho en “Ser brigada”, y “Habitación 615” es posiblemente su mejor ejemplo, una canción con la que cerraban el disco y en la que radiografiaban el estado actual de la banda tras el reconocimiento logrado con su primer álbum, haciendo hincapié en todas sus miserias.
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“Mano de santo, Vamos a volvernos locos (2019)
La apuesta por el riesgo sonoro tendría un salto más en su tercer disco, posiblemente su álbum más exitoso hasta la fecha. “Mano de santo”, cantada a dúo cono Miren Iza (Tulsa) se presentaba como una de las más rendidas a la causa sonora, la que más obviaba la parte más tradicionalmente rockera, además de ser una de las más románticas de su carrera.
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“Todos contra todos”, Todos contra todos (2013)
No mucho después de la publicación de su primer trabajo, León Benavente editó un epé de cuatro canciones en el que aún se mantenían en los parámetros más clásicos de sus primeras canciones. Esta “Todos contra todos” era una nueva proclama contra “los malos”, una llamada a la revolución y al levantamiento contra el poder con música galopante.
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“Disparando a los caballos”,Vamos a volvernos locos (2019)
Insistiendo en esa vena combativa y en el galope (ahora perdonen el fácil juego de palabras), “Disparando a los caballos” era musicalmente una de las más potentes de su tercer disco (el favorito para el firmante). Líricamente suponía un nuevo grito contra la panda que maneja los hilos o los que aspiran a ello en medio de un torrente sónico apabullante.
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“La vida errando”, 2 (2016)
En un tono más relajado, “La vida errando” era posiblemente la canción de su segundo disco más ajustada a los patrones del primero. Esa llamada a la acción se transformaba en este corte en un canto a la huida como método de escapada pero también de reencuentro y casi esperanza.
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“Década”, León Benavente (2013)
Retrocedemos por primera vez hasta su ópera prima. En aquel disco homónimo destacaban de forma rotunda dos canciones, la apertura con “Ánimo, valiente” y el cierre con “Ser brigada”, posiblemente su mayor hit (¿siguen existiendo los hits en estas esferas?). “Década” venía a ser el mismo grito a las armas en el que insistirían más adelante pero en un tono por el momento menos rabioso, como sentando las bases, siendo conscientes de que sí, de que «lo que está claro es que esto tiene que cambiar».
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“Maestros antiguos”, En la selva (2017)
En el paréntesis entre su segundo y tercer disco, León Benavente dio cuenta del impresionante momento creativo en el que se encontraba con el lanzamiento del epé En la selva, en el cual se encontraban tres nuevas composiciones más una revisión que bien podrían haber sido punta de lanza de cualquier larga duración. De la colección me quedo con “Maestros antiguos”, una muy inspirada canción, potentísima musicalmente, que azota de lo lindo a la arrogancia de los ganadores.
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“Niño futuro”, Niño futuro (2021)
En marzo de 2020, con el fallecimiento de Rafael Berrio, su aura de autor de culto se elevó exponencialmente. Inmediatamente numerosos nombres del rock patrio se afanaron en que su figura tuviera el reconocimiento popular que lamentablemente no tuvo en vida. León Benavente se adhirió a la causa grabando una de sus canciones más rompedoras y soberbias. El torrente lírico de “Niño futuro” le venía como un guante al sonido de la banda, con ese spokenword ya marca de la casa, y con una naturalidad asombrosa (como la impresionante canción) el tema se hizo suyo.
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“Mítico”, Era (2022)
Si ya nos escudábamos en la introducción de este texto en que en pleno 2022 resulta complicado hablar de canciones desconocidas, cuando realmente es casi imposible que un tema de rock alcance una repercusión masiva, la empresa se antoja más complicada cuando se focaliza en un disco de reciente publicación. El tiempo dirá qué temas de él quedan en primera línea del recuerdo en sus seguidores o cuáles son dignas de un rescate, pero me aventuro a poner el foco por el momento en “Mítico”, un tema vanguardista, arriesgado, que con esas estrofas robotizadas rompe con cualquier corsé estilístico, si es que en estos momentos León Benavente tiene más corsés estilísticos que romper.