Esta semana, Diego A. Manrique dedica su columna de “El País” al fenómeno español de fichar a cualquiera que tiene “nombre reconocible” para hacer un programa de música. Admite ser “adicto total a esos espacios hechos por diletantes. Hay un deleite perverso en comprobar la pobreza de su discurso (‘esto es un pelotazo’) y lo limitado de su universo sonoro”. Pero “ellos no son culpables del desaguisado. La responsabilidad recae en las emisoras … Olvidan que para que un neófito haga (buena) radio, necesita alguien que le guíe por el medio y un equipo de respaldo”.
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “Zapateros sin zapatos”.