Ahmet Zappa: “El tour del holograma de Frank Zappa será una experiencia única y pionera”

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“Era un mago, un científico loco que hacía música, con una cabeza especial, y cuando escucho su música me doy cuenta de su vigencia”

 

Manuel de la Fuente entrevista al hijo de Frank Zappa, Ahmet, sobre la sorprendente gira del holograma que prepara para finales de año, además de reflexionar sobre el legado de su padre.  

 

Texto: MANUEL DE LA FUENTE.

 

Frank Zappa saldrá de gira a finales de este año. Será en forma de holograma, acompañado por muchos de sus antiguos músicos, que tocarán en directo sus temas más representativos en un espectáculo multimedia que combinará todo tipo de elementos visuales y sonoros. El formato lo está diseñando su hijo, Ahmet Zappa, que asumió en 2015 la gestión del legado del músico tras el fallecimiento de su madre. En su nuevo cargo al frente de la empresa familiar Zappa Family Trust, Ahmet se ha mostrado muy activo. Así, en los últimos meses han salido al mercado cajas con música inédita de su padre (“Halloween 77” y “The Roxy Performances”), ha anunciado la realización de un documental biográfico dirigido por Alex Winter y ha acometido la digitalización del ingente archivo musical que dejó registrado Frank Zappa, con centenares de horas de conciertos y filmaciones.

Hablamos con Ahmet Zappa el pasado 5 de marzo, lo que supone la primera entrevista que concede en su cargo para un medio español.

 

“The Roxy Performances” es el título de la nueva caja de discos de Frank Zappa que salió al mercado hace algunas semanas y que recoge los conciertos íntegros que ofreció en la sala Roxy de Los Ángeles en 1973. ¿Cómo fue la preparación del proyecto?
Por lo que respecta a los fans, éramos conscientes de que “Roxy & elsewhere” es uno de sus discos más populares y también, por diversas razones, uno de mis favoritos. Nací en 1974, poco después de aquellos conciertos, y del puñado de discos que escucho constantemente, éste se encuentra en el top ten de esos a los que les tengo un especial cariño. Me encantan los conciertos de Frank a caballo entre las décadas de 1960 y 1970, aquel periodo me parece insuperable. Aún estoy intentando desarrollar mi propia aproximación a algunas de sus piezas más difíciles para conseguir una comprensión total de su música. El caso es que mi madre enfermó y no podía atender por completo el negocio. Yo no estaba al tanto de la empresa familiar pero tenía que ayudar, de modo que me metí en la preservación del catálogo. Firmé un convenio con Universal Music. Somos eso, una empresa familiar y Universal cuenta con lo que nos faltaba, infraestructura y recursos para marketing. Me intimidaba ponerme al frente de la empresa porque mi preocupación máxima era que mi madre se curase del cáncer. Así surgió “Roxy: The movie”. Entonces lo vi como el primero de muchos proyectos en común con mi madre, pero al final fue el único en el que trabajamos juntos. Y ahí estaba yo, viendo por primera vez aquellas filmaciones. Conocía a todos los implicados en la operación. A Joe Travers, el guardián de los archivos, lo conocí en Tower Records, después pasó a ser mi batería y para mí ya es como de la familia. Llevamos más de veinte años comentando el material alucinante que iba encontrando en los archivos pero, insisto, no era un asunto del que yo estuviera pendiente. Al ponerme a trabajar en el “Roxy”, empecé a preguntarle sobre las grabaciones concretas que había.
Tras superar el reto de convertir las filmaciones en una película, vimos que estaría muy bien editar la música de los conciertos. Queríamos hacer algo especial, sabíamos cómo habían sido las veladas con aquel grupo maravilloso. Todavía me asombra ver cómo tocaban, su nivel de virtuosismo y lo que quedó grabado. Resulta curioso haber vivido durante años con ese disco y descubrir las diferentes versiones de temas con los que estás familiarizado. Me sentía ante un constante dilema, ya que no podía elegir cuáles eran las mejores o por lo menos meterme en la cabeza de Frank para averiguar por qué había elegido unas versiones en concreto, porque todas eran excelentes. Pero el proyecto surgió de forma natural por la cantidad de gente que me lo había pedido y confiaba en que tendría buena acogida. Me gusta hacer estos proyectos, capturar esos momentos en el tiempo y ver los aspectos laterales que desvelan estas grabaciones para acometer más. En los casos en que tengamos material audiovisual de discos fundamentales, lo editaremos, con los descartes incluidos. Creo que vale mucho la pena.

 

Los conciertos de Roxy son una de las joyas de los archivos de Frank Zappa. ¿Cómo los ve hoy, más de cuatro décadas después de celebrarse?
Representan muy bien el estilo de sus conciertos, el músico que era. Hablan de la singularidad de Frank. Era una persona que, en una ocasión, casi se mata cuando lo empujaron desde el escenario al foso de la orquesta y, pese a ello, no modificó la manera que tenía de relacionarse y actuar ante el público. Otros habrían dejado de actuar o se habrían blindado de seguridad, pero Frank no era así, le encantaba esa conexión con la gente. Por otro lado, la sala Roxy es un lugar histórico con un escenario no muy grande que contribuye a crear esa atmósfera que se ve en la película, por contraposición a otros lugares donde el público se encuentra más separado. Frank quería que el público participara, sus espectáculos eran muy diferentes al de otros grupos de rock. Cuando veía que alguien estaba viviendo una experiencia única, se dirigía a esa persona, le hablaba, le ponía el micrófono. Tenemos infinidad de elementos similares que aparecen en todos los conciertos, como en la película “Baby snakes”. Era encantador.

 

En esa película incluso se pone a cantar con su guardaespaldas el tema ‘Muffin man’, lo que desvela esa ruptura incesante de barreras.
Sí, su concepción del espectáculo es única, pero además, el nivel de los músicos con los que contaba era… No veo a nadie que haga algo similar. Y si no, que me saquen de mi error. No lo digo porque le ponga en un altar, me encantaría que alguien me recomendara algo tan alucinante como las cosas que hacía mi padre. Pecaré de parcialidad porque es mi padre, pero a día de hoy me sigue fascinando. Era un mago, un científico loco que hacía música, con una cabeza especial, y cuando escucho su música me doy cuenta de su vigencia. Esto es algo que menciono siempre: nunca tartamudeaba ni decía “estoooo”, “pues”, “ehhh”, jamás. Decía con toda precisión lo que pensaba. Estaba constantemente en plena forma y actividad, y por eso era tan especial.

 

La publicación de “The Roxy Performances” sigue la línea trazada por “Halloween 77”, esto es, ediciones completas y cronológicas de las series de conciertos más emblemáticos de Frank Zappa, lo que constituye un nuevo rumbo en la edición póstuma de sus directos. ¿Cómo llegó a esta decisión?
Para mí la organización es fundamental. Al principio no sabía de qué material audiovisual disponíamos. No conocía las decisiones del día a día porque no podíamos recurrir a mi madre. Ella sabía dónde estaba todo, tenía su propio archivo en la cabeza. Así que fui aprendiendo sobre la marcha. Menos mal que cuento con un equipo increíble, con Melanie, Holland y Joe, que trabajaron durante años con mi madre. No podría sacar adelante nada sin ellos, es un trabajo colectivo con todos volcados en la labor. Me siento muy afortunado porque soy consciente de lo que me aportan los conocimientos de este equipo. Así que me he dedicado a escuchar a los fans para pensar en cómo editar el material. Intento proporcionarles más música del modo, manera y en el instante que quieren. Mi objetivo es sacar a la luz la música para que la gente la comparta y disfrute. Parece una decisión natural, pero me satisface que la gente valore el esfuerzo. Estoy muy orgulloso de la caja del Roxy y estoy súper orgulloso de la de “Halloween”. Creo que los fans tenían unos veredictos muy severos al respecto de la labor que ejercía mi madre y sobre cómo editaba los discos. Cuando me puse al frente, lo más importante era la organización y tenerlo todo en orden para ir editando las obras a su debido tiempo, aunque siempre he pensado que las ediciones que preparaba mi madre eran estupendas. Espero que la gente valore el grado de creatividad que pueda yo aportar.

 

¿Seguirá esta vía en los próximos lanzamientos?
A menudo Frank ofrecía conciertos dos días seguidos y en ocasiones incluso daba dos actuaciones el mismo día. Es impresionante ver la cantidad de conciertos alucinantes que tenemos grabados y me gustaría que todo fuera tan sencillo como decirle a la gente algo así como “vaya tela, ¡tenéis que escuchar esto!” y sacarlo sin más. Pero eso no resultaría sensato. Hay un montón de grabaciones buenísimas, es increíble. Pero también hay algunos retos pendientes. Tenemos que atender a la conservación de los archivos porque a veces las cintas están en mal estado y tenemos que limpiarlas, digitalizarlas y confiar en que no les afecte el proceso. Otro aspecto que me interesa es la cantidad de música que tenemos de sus últimos años cuando trabajó con el Synclavier. Son miles de horas de composiciones inéditas, es abrumador. Podemos sacarlas en discos, pero quiero también dejarlas transcritas para las orquestas. Y no es fácil porque Frank también creó su biblioteca musical particular y nos encontramos, por ejemplo, con sonidos de eructos, campanas o que, de repente, tienes que pensar si lo metes en un glockenspiel. ¿Los eructos deberían interpretarse con una tuba? No se trata de trasladar nota a nota. Quiero contactar con los socios adecuados para dar a conocer esta música.

 

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“(Frank Zappa) Casi se mata cuando lo empujaron desde el escenario al foso de la orquesta y, pese a ello, no modificó la manera que tenía de relacionarse y actuar ante el público”

 

¿Con qué nos encontraremos tras las cajas de “Halloween” y “Roxy”?
Voy a sacar otra caja de “Halloween” con una nueva máscara de regalo. Quiero seguir editando esa serie a modo de colección, con el mismo formato. No teníamos ni idea de la acogida que tendría la caja de “Halloween”, pero creo que ha sido muy buena. En esta fase estoy decidiendo el estilo, como hacer una máscara de Frank-zombi o de Frank-caniche.

 

En 1988, Frank Zappa ofreció su última gira. Aquel tour fue pionero al centrarse en la crítica política y en la defensa de la libertad de expresión en plena era de Ronald Reagan. Al terminar, editó aquellos conciertos en varios discos, como “Broadway the hard way”, “The best band you never heard in your life” o “Make a jazz noise here”. ¿Ha pensado en publicar más conciertos de aquel periodo?
Esa época es interesante por la amplia gama de sonidos, como los efectos que creó con el Synclavier y que pudo llevar también a los conciertos. Estuve en muchas actuaciones de aquella gira, fue de las más grandes. Es la gira de la que vi más conciertos. Tengo una conexión especial con aquellas fechas, con el hecho de que después enfermara y con la atención que puso, a continuación, cuando se metió a trabajar en el estudio. Y con la gente que vino a visitarnos a casa por entonces, las cosas que grabó hacia el final de su vida, que son un montón. No sé si se puede hacer algo como editar todos los conciertos de 1988.

 

Porque son muchos conciertos, claro.
Sí, y porque es diferente a los conciertos de “Halloween”, que son legendarios por celebrarse en Halloween. Son espectáculos que giran en torno a esa fiesta, lo que te lleva a agruparlos de manera temática en cajas. Estoy intentando pensar en algún concierto de 1988 que sea especial como la velada de Roxy. No es fácil. Podríamos sacar todos los conciertos de 1988 en una serie de 700 discos, sería de locos.

 

Evidentemente los fans tienen que pensar en las circunstancias económicas, puesto que es una empresa familiar.
Me he centrado más en los años 60 y principios de los 70 por el mero hecho de que me gusta aquella época. Pero estoy pendiente de los fans, y cuando escuchamos lo que nos solicitan, los atendemos. Dado que me lo pides, hablaré con Joe para ver qué podemos sacar de los años 80. Podría ser una opción.

 

Frank Zappa grabó casi todos sus conciertos y guardó en sus archivos cientos de horas de música y filmaciones. Uno de sus primeros pasos al frente del Zappa Family Trust fue digitalizar y ordenar el catálogo. ¿En qué fase se encuentra este proceso?
Joe Travers, el guardián de los archivos, lleva unos veinte años trabajando con las grabaciones de audio y ha hecho algunas tareas con las filmaciones. Su labor ha consistido en volcar las cintas, ver cómo sonaban y si podría sacar un disco de un proyecto específico. El audio implica un proceso más lento, no es tan sencillo como pasar una cita por una serie de máquinas y digitalizarla porque Frank tenía su propia manera de editar el material. Hay que observar las cintas mientras se lleva a cabo el volcado, porque pueden contener información que él dejó tal cual. En ocasiones, él grababa algo y, de repente, en la misma cinta aparece una grabación diferente de otro periodo. Es un proceso lento porque tienes que prestar mucha atención a lo que te encuentras. Hemos conseguido acelerar el ritmo de esa tarea. Pero somos una empresa familiar, y Gail reinvertía el dinero que ganaba de un proyecto para otros nuevos, con lo que ella era la que llevaba las finanzas. Lo bueno del acuerdo que negocié con Universal es que nos permite disponer de capital para trabajar en más proyectos a la vez. Esa responsabilidad recaía antes sobre los hombros de mi madre.

 

Respecto a este acuerdo con Universal Music, ¿qué otras ventajas ha obtenido en términos de producción y distribución?
El acuerdo ha sido muy bueno y lo que comento es solo una de las ventajas. No quiero entrar en temas personales, pero el tratamiento del cáncer de mi madre fue muy caro, con lo que tuvimos que establecer un nuevo convenio. Y creo que a la postre ha sido una decisión acertada, porque en Universal se han portado muy bien. Nos permiten hacer lo que queremos, es una alianza fabulosa. Reciben con entusiasmo todos los proyectos que les presentamos, con lo que nos encontramos en un escenario mejor.

 

¿Podría describirnos un día normal de su trabajo al frente de la restauración del legado de Frank Zappa?
Entro a las nueve y media de la mañana y salimos a las siete de la tarde. Ahora estoy centrado en los aspectos creativos y visuales de la gira con hologramas, así como en los temas organizativos que conlleva, decidiendo quién va a tocar cada noche y esas cosas. Estamos seleccionando las canciones que se incorporarán en ese proceso porque es muy complicado. Para este proyecto tenemos que organizar el listado de canciones que se van a interpretar para crear los efectos visuales que acompañen a la música. No es fácil porque estamos montando un espectáculo de noventa minutos, incluso más, y hay muchas canciones donde elegir. Hay que planificar con mucha antelación los elementos visuales de cada canción y además quiero contar con cierta libertad de movimiento para improvisar o incorporar cambios en el repertorio. Creo que los fans esperan un buen espectáculo, y quiero sorprenderlos porque muchos irán a varios conciertos y se trata de que vean cada noche algo diferente.

 

El tour del holograma con Frank Zappa, que se anunció hace poco meses, ha generado mucha expectación. ¿Tiene ya la lista de lugares y fechas?
El objetivo es que los primeros conciertos se realicen en diciembre, en el aniversario de mi padre. Y después saldremos de gira mundial en 2019.

 

¿Por qué países?
Intentaremos ir a todas partes. Aún no tengo el listado, pero la idea ha sido muy bien acogida y estaremos muy pronto en las mejores salas. Tengo claro el enfoque que no me interesa, y no quiero decir que las otras experiencias con hologramas hayan sido malas sino que, sencillamente, a mí no me van. Lo de Tupac fue genial, lo sacaron adelante, igual que los conciertos con Maria Callas. Nos han sido muy útiles esos ejemplos, aunque consistían únicamente en situar en el escenario una imagen que parecía de verdad. Pero creo que el público de Frank no quiere ver su imagen sin más proyectada como si fuera real. Esos elementos los tendremos, sí. Pero mi madre y yo hemos mantenido numerosas conversaciones con gente que quería crear un holograma de Frank. Él también estaba interesado, y tú, que tradujiste sus memorias, lo sabes porque en el capítulo 18 habla de los fracasos y de que quería meterse en el tema de los hologramas. Para mí se trata de terminar lo que empezó.

 

¿Cómo serán estos conciertos?
El espectáculo será una puta locura. No consistirá solo en ver a Frank en el escenario y ya está. Si sale tocando ‘Stink-foot’, ¿por qué no poner en el escenario una enorme bota de piel de serpiente de 400 kilos cantando el tema? En mi opinión, eso es todavía más interesante. Será más bien una especie de película transzappiana la hostia de rara y con músicos en directo. Pondremos actuaciones inéditas y cobrarán vida las carátulas de sus discos y su material gráfico. La gente verá una versión de Frank con animación stop-motion, con una reproducción de cartón a tamaño real, con un montón de versiones que van en la línea de cómo se representaba en las portadas de sus discos. De crío miraba esas portadas, como la de “Ruben & The Jets” y pensaba: “Qué versión tan chula de mi padre”. Será parecido a cómo nos aproximaríamos a la música si la gente estuviese familiarizada con ella desde una perspectiva visual. Ese es el objetivo, cómo suministrarles a los fans lo que quieren, dependiendo de las canciones, los elementos que contienen, y cómo dar vida a los detalles presentes en las portadas o en el interior de los discos y que complementan cada tema. No sé si lo haremos, pero sí meteremos la versión de ‘Sofa’ con letra y ahí el sofá podría aparecer cantando como en la serie “Television Playhouse”. Las posibilidades que nos ofrecen los hologramas son impresionantes para que todo parezca real en el escenario.

 

¿Y cómo será el holograma de tu padre?
Me interesa mostrar una versión de 6 metros de Frank, voy a jugar con el tamaño y la escala. Tomaré su imagen del periodo en que me resulta más atractivo, a principios de los años 70. También me gusta el periodo de “Baby snakes”, es un concierto muy refinado. Me parece chocante que haya quienes han mostrado sus reticencias. Recuerdo que en el tour “Zappa plays Zappa” que le monté a mi hermano, al principio la gente pensó que sería una cagada la idea de que apareciera Dweezil en el escenario tocando la guitarra junto a vídeos de Frank. Entonces no hubo quejas, salió muy bien y a la gente le encantó. Esto no es más que un paso de gigante en las posibilidades tecnológicas porque contamos con los recursos y con las imágenes que podemos agrandar para que vuelvan a salir a escena. Todo esto me atrae mucho en términos creativos y visuales porque cuando tienes esos recursos digitales en un ordenador, no solo audios y vídeos sino las cosas nuevas que estamos creando, puedes disponer de un montón de opciones. Por ejemplo, se podría hacer que cada uno tuviera el concierto y las imágenes en su propia mesa, lo que resulta increíble.

 

No se trata de celebrar la nostalgia sino su legado.
Exacto. Tenemos los archivos, ilustraciones hechas a mano, un montón de fotografías e infinidad de material de su carrera y su legado que pueden cobrar vida. Sin las animaciones, su conversión en hologramas y su puesta en escena jamás podríamos ver la interpretación de Frank de “Ruben & The Jets”. Además, creo que será genial poder visualizar otros instrumentos, ponerlos en el escenario. Olvidemos durante un instante que hablamos de mi padre y pensemos en lo fascinante que es esta tecnología aplicada cualquier artista. Digamos, por ejemplo, Justin Timberlake. Podríamos meter a cinco Justins junto a él en el escenario y todos cantando a la vez. Eso es lo increíble de los hologramas en términos de escenografía. Quiero crear efectos ópticos para añadir texturas a los conciertos para escenificar todo tipo de trucos. Creo que la gente, cuando piensa en una gira de hologramas, no ha visto aún lo que permite esta tecnología porque nadie ha llevado a cabo lo que tengo en mente. Quiero hacer cosas disparatadas, como una cabeza gigante de Frank flotando en el escenario representando “El escrutador central” de ‘Joe’s garage’, como si fuera el Mago de Oz. ¡Será alucinante!

 

Otro proyecto que anunció es un documental biográfico sobre Frank Zappa, dirigido por Alex Winter. Para ello, se llevó a cabo una campaña de crowdfunding que fue muy exitosa, ya que recaudó más de un millón de dólares. ¿En qué fase se encuentra la realización de la película?
Fue increíble recaudar tanto dinero, la implicación de los fans. Me siento abrumado por su generosidad y por su cariño hacia Frank. Lo que han conseguido con el crowdfunding es muy importante porque teníamos en los archivos muchas filmaciones que se estaban deteriorando y que hemos podido salvar. Las hemos metido en un sistema de gestión de contenidos, con lo que podemos organizarnos mejor, en plan “ahora necesito un vídeo de 1968 o de 1982”, que era algo que teníamos pendiente. Era un material que languidecía descomponiéndose en los archivos. Lo primero que me preocupaba era catalogarlo todo, y disponíamos de pocos recursos para emprender esta tarea. A partir de ahí, los fans tendrán acceso al material gracias a la película de Alex. Ahora está todo a buen recaudo en el sistema de gestión de contenidos, y él está metido de lleno en la realización de su película documental que va a ser un biopic de referencia.

 

¿Podría ofrecernos más detalles sobre el documental, como su duración o estructura?
Es un tema de Alex. Mi madre confió plenamente en él, y yo también. Es un director excelente. La historia no empieza a tomar forma hasta que no ves todos los archivos. Yo también tengo ganas de ver la película y el enfoque que le haya dado. Es su película y le apasiona la música de Frank.

 

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“Quiero hacer cosas disparatadas, como una cabeza gigante de Frank flotando en el escenario representando “El escrutador central” de ‘Joe’s garage’”

 

Este año es especial porque se conmemora el 25 aniversario del fallecimiento de Frank Zappa. Permítame una pregunta personal: ¿cómo se lleva el hecho de revisar constantemente películas y audios de su padre?
Para mí es una bendición. Evidentemente, no es lo mismo que si ahora viviera y estuviera yo en el salón de mi casa haciéndole la cena, encargándole una tarta de cereza o preparándole lo que tanto le gustaba, un taco de lengua de buey con queso suizo y salsa rosa. Eso ya no lo volveré a tener. Pero cuando pienso en las personas que han perdido a un ser querido, es increíble poder meterme en YouTube y ver la cantidad de vídeos y audios suyos, resulta reconfortante. Me gustan los momentos en que lo veo reírse o sonreír. Es un regalo contar con esas grabaciones. Mis padres eran únicos y nos proporcionaron todo un estilo de vida, seguridad, hicieron lo que podían con lo que tenían a su disposición, es una experiencia extraordinaria. Tenemos que ser conscientes y dar las gracias. Me conmueve verlo en vídeo y escucharlo. Se me desata una gama de sensaciones porque, además, me identifico al instante con él cuando veo que algo no le cuadra. Veo eso y me siento transportado allí mismo, por ejemplo, cuando su banda comete un error o cuando lo están entrevistando y hace gestos en plan “estoy perdiendo el tiempo” o “no dices más que idioteces”. Y me quedo maravillado pensando en que en esos momentos él querría salir huyendo. Es extraño tener a tu padre en todas partes, muchísimo más que cuando era un crío y todavía vivía. También me resulta útil. Hay ocasiones en que estás ante algún dilema y piensas en que seguramente él tocó ese tema concreto y tienes en él la solución. Si me preguntan por qué hacer un tour con hologramas, aparte de que me parece una aventura sensacional, a él le interesaba mucho el tema. De joven hablé muchas veces con él sobre ello, era algo en lo que se quería meter. Cuando oigo las reticencias de algunos fans, no me lo puedo creer, joder, porque es algo que menciona en su autobiografía y lo hablé con él. Otro ejemplo: Frank organizó una velada musical en Berkeley titulada “A Zappa affair”, con marionetas portadas por bailarines. El director orquestal era Kent Nagano. Era un espectáculo de ballet con títeres, yo era un crío y me quedé deslumbrado observando los bailes, a la gente vestida de blanco y negro y manipulando las marionetas con cabezones de gomaespuma. Lo del holograma va en la línea de lo que hacía mi padre. Quiero rendirle homenaje a las cosas que le gustaban y ponerlas en escena.

 

Una de las grabaciones que permanecen inéditas es “The rage and the fury”, con música de Edgar Varèse. ¿Tiene prevista su edición?
De ahí podría salir hasta una película porque tenemos sus momentos finales. Ese disco es impresionante. Sí, lo sacaremos.

 

¿Y alguna película más sobre Frank Zappa o dirigida por él?
Tenemos algunas cosas de aquí y de allá. Saldrán más proyectos relacionados con su figura.

 

La valoración del legado de Zappa ha ido creciendo también en el mundo hispano. En 2014 salieron por fin traducidas sus memorias (“La verdadera historia de Frank Zappa”) y numerosos artistas reivindican su influencia. ¿Cómo percibe este reconocimiento internacional de su figura?
Es muy importante. Quiero que haya más gente que conozca a un artista que jamás dio una batalla por perdida, que defendía sus ideas y que se mantuvo firme cuando otros se arredraron. La gente no lo trató demasiado bien por las opiniones que defendía, pero creo que se mantienen plenamente relevantes a día de hoy. Fue un visionario y dio en el blanco en temas políticos. Resulta estremecedor comprobar que las cosas que le preocupaban han acabado por cumplirse. Dio la cara por los artistas, por todo el mundo. Joder, era tremendo. No se movía porque alguien le ponía un cheque delante y le decía, “venga, plantea batalla en ese asunto”. Él empleaba su tiempo, energía y recursos propios en cambiar las cosas. Creo que la gente lo ve así, pero me gustaría que hubiese más ejemplos como el suyo, de personas que lucharan por las cosas en las que creen. Tampoco hay que estar de acuerdo con las cosas que decía, pero tendríamos que mantenernos más firmes, la gente tiene que votar en las elecciones. Fue una de las grandes lecciones de mi padre, animar a que la gente se implicase llevando a los conciertos impresos para que la gente se inscribiera en el censo del voto. Eso fue muy importante.

 

Para terminar, quería preguntarle por su faceta de escritor. Su primera novela, “Monstruos y otras especies”, resultó un éxito e incluso se anunció una adaptación al cine. ¿Seguirá con
su carrera literaria?
Sigo escribiendo libros, es algo que me encanta. Creé con mi esposa la saga de “Star Darlings” y sacamos quince libros, un montón de juguetes y unos cuantos especiales con Disney. Me gusta mucho trabajar para el público infantil. Ahora estoy preparando algunos libros, pero tengo abiertos demasiados frentes porque, tras la muerte de mi madre, todo ha sido un poco caótico. Me ronda por la mente una novela extensa y otros libros infantiles que no se me van de la cabeza, con lo que he de encontrar tiempo para sentarme a escribirlos. Es una labor exigente, sobre todo si eres padre de dos hijos. No tengo sueldo en la empresa familiar, trabajo gratis. Aparte tengo mi trabajo para pagar las facturas. Mucha gente se equivoca al respecto de mi labor. Mi empleo consiste en garantizar lo mejor para mi familia, y me dejan hecho polvo las quejas de mi otra familia y que todo el mundo conoce, pero alguien tiene que hacerse cargo por el bien de todos. Es una labor que me tomo muy en serio hasta el punto de, insisto, no haberme puesto sueldo.

 

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