«Me siento representar a una generación de mujeres músico. Incluso, yo diría, me considero abanderada de la minoría social que en este momento se han convertido las mujer y sobre las que se tiene que llamar la atención»
Carmen Consoli pasó por Cartagena (para actuar en La Mar de Músicas), y Miguel Tébar aprovechó para entrevistar a quien, sin duda, es una de las mejores artistas italianas.
Texto: MIGUEL TÉBAR ALMANSA.
Carmela Carmen Consoli (1974, San Giovanni la Punta; en la provincia de Catania, Sicilia) no es la joven promesa italiana que evolucionó la imagen de la cantautora a mitad de los noventa. Ya no tiene la frescura de una veinteañera, pero lo importante es que va colocando el listón compositivo cada vez más alto. Una discografía con una docena de títulos la avalan, entre ellos: una banda sonora instrumental («L’uomo che ama», 2008), un directo en MTV («Un sorso in più», 2003), otro muchísimo más ambicioso con orquesta completa desde el teatro griego de Taormina («L’anfiteatro e la bambina impertinente», 2001), el reciente recopilatorio («Per niente stanca», 2010) y su último trabajo con canciones originales («Elettra», 2009) y galardonado con el prestigioso premio Tenco. “Efectivamente, me siento representar a una generación de mujeres músico. Incluso, yo diría, me considero abanderada de la minoría social que en este momento se han convertido las mujer y sobre las que se tiene que llamar la atención. Hay que señalar que la situación de las mujeres en Italia es un poco particular, por lo que estoy muy contenta de recibir semejante reconocimiento y podérselo dedicar a todas aquellas que generan valores positivos. Siguen existiendo tantísimas mujeres como las que construyeron Italia después de la guerra, tan valientes que me recuerdan a mi abuela y a aquellas otras mujeres de coraje infinito y fuerza inmensa”.
Sus comienzos no fueron tan arduos como se podría presuponerse en una isleña: “Mis primeras maquetas las realicé en Sicilia pero desde el comienzo mi discográfica estuvo localizada en Milán, así que desde allí logré mi primer éxito a nivel nacional, y después ya fui reconocida como artista local. Quizás comencé recorriendo el camino inverso. Actualmente vivo entre en Catania, bajo el Etna, y París”.
Se pone seria para desmentir el estereotipo del siciliano machista pero confirma la imagen que Italia proyecta de la mujer como objeto: en toda la publicidad, con las «veline» de los programas televisivos, la factoría Maria De Filippi en Mediaset, las «escorts» en el escándalo de «papi» Berlusconi, etc. “Encuentro vergonzosa esta situación, se debe de hacer algo cuanto antes porque veo absurda la instrumentalización de nuestro cuerpo femenino en los medios de comunicación. Provengo de Sicilia, donde la mujer manda romana y a la cual no se toca ni un pelo. El bunga bunga no es un fenómeno nuestro, de hecho ni siquiera llega derivado del machismo que es otra historia. Es una degradación cultural obscena a la debemos oponernos en Italia, luchando por reconquistar la dignidad. Pero fíjate en lo que te digo, en Sicilia la mujer es la jefa. Aunque parezca extraño la nuestra es una sociedad matriarcal y verdaderamente en eso consiste”.
A Carmen Consoli se le puede catalogar indudablemente como cantautora («cantautrice»), sin embargo se le apoda la «cantantessa»: “Ese mote está premeditado en italiano incorrecto, debería ser simplemente cantante, pues es una feminización equivocada en nuestro idioma. Pero esto vale como reivindicación, pues más que una verdadera cantante me considero una cantante un tanto desvirtuada: una ‘cantantessa’. Es una ironía para no tomarme, yo misma, demasiado en serio. A fin de cuentas estoy muy contenta de no ser como la cantante lírica sino como la cantante del pueblo”.
Sin duda, Consoli es una artista que cuida muchísimo las letras, o mejor dicho las historias que cuenta: a veces duras, a veces biográficas, a veces comprometidas y normalmente desde la mirada femenina. Obviamente narradas siempre en italiano, excepto ciertas incursiones para captar otros mercados o reinventar canciones ajenas. “Debo admitir que soy muy afortunada ya que encontré rápidamente a mi público. Al contrario de lo que se pueda pensar, en Italia también existen indignados, los cuales sinceramente quieren recibir un mensaje y contenido distintos. Y es éste, el tipo de italianos que forman parte de mis fans, aquellos que me facilitan la vida y que me permiten hacer giras por el extranjero, pudiendo mostrar mi música. ¡Piénsalo!, en nuestro país suena mucha música española y no necesariamente la entendemos toda, porque lo importante es que suene bien y sea atractivo, de cualquier forma, queriendo se pueden conseguir las traducciones para entender lo que cantan. ¿No es agradable que un cantante italiano llegue y cante en su propia lengua? Al igual que es lindo esperar que un español lo haga en la suya propia. Me acuerdo que en los 90 estaba loca por El Último de la Fila ¿los conoces? [seguramente la gira con Branduardi y la adaptación que hizo Battiato a algunos temas del EUDLF, no alcanzó la magnitud de aquí] Soy fan absoluta de ese grupo y los sigo desde entonces [sic]. En España hacéis cosas increíbles que algunas tienen éxito aquí y eso no quiere decir que, por ejemplo, yo lo entienda todo. Quizás algo más el catalán por la invasión italiana. Preguntémonos, ¿qué cantidad de canciones en inglés nos llegan y de cuántas entendemos su significado?”.
Hablando de reivindicaciones sale a colación la celebración que en Italia y concretamente en Roma se hace el 1º de mayo: “Es la fiesta de los trabajadores, en Italia se unen las reivindicaciones laborales con la música, son conciertos organizados por la izquierda italiana, je, je, je. Pero digamos que el gobierno actual no comparte para nada estos eventos. Yo siempre he participado porque creo que eso nos une. El arte es también trabajo y debe ser reconocido como un oficio que tiene su dignidad y por tanto debe de ser festejado”.
La aproximación de Carmen a artistas de otras latitudes como Goran Bregović («Karmen with a happy end», 2007) o Angelique Kidjo fue buscada: “¡Contaminación, bien entendida, es lo que me deja! Pienso que la música debe encontrarse con otras culturas para renovarse. Por ejemplo, para nosotros los sicilianos que, fruto de las colonizaciones, tenemos tanto de lo hispánico como de lo árabe. Nos enriquecemos culturalmente cuando nos acercamos a los Balcanes o nos asomamos al continente africano ¡La música se transforma! Por eso yo intento colaborar siempre, porque se mejora el resultado”.
«Patti Smith ha cantado conmigo en un par de ocasiones y me ha maravillado porque es muy, pero que muy, modesta. Incluso tímida, no iba de estrella, parecía mi vecina de al lado, muy afable y cercana»
Sin olvidar los propios orígenes: “Alfio Antico es un artesano que toca el tambor de marco [instrumento que forma parte de la tradición siciliana] y canta en siciliano historias que se sustentan sobre nuestras raíces, sobre la cultura antigua, aquella de los mitos griegos. Él era un pastor, tenía su ganado, sus ovejas y cabras pero se descubrió como artista y como poeta. Le acabo de producir artísticamente su nuevo disco, «Guten [Narciso records-Universal, 2011. Publicado en el sello discográfico-casa editorial que fundó la propia Consoli] ¿Te gustaría escucharlo?”.
A un/a solista, normalmente no se le tiene en cuenta los músicos de estudio o directo con quienes se rodea, así como tampoco a una cantautora se le suele ver con un bajo eléctrico, tal como aparece fotografiada en la portada del disco recopilatorio: “Yo canto, toco la guitarra y el bajo eléctrico pero he crecido artísticamente con mis músicos de siempre y toco exclusivamente con ellos. Llevo para adelante un concepto: el de la familia. Es un concepto muy sureño, muy siciliano pero creo en ello. Mi guitarrista, mi bajista y mi baterista son mi familia musical”.
En su carrera, la «cantantessa» ya ha podido compartir composición y/o escenario con artistas varios. Entre tanto hombre no podía ser sino una mujer, la que le dejara mayor huella: “Patti Smith ha cantado conmigo en un par de ocasiones y me ha maravillado porque es muy, pero que muy, modesta. Incluso tímida, no iba de estrella, parecía mi vecina de al lado, muy afable y cercana. Eso me hizo pensar que al hablar de mitos como ella, nos podemos encontrar con personas de una sencillez desconcertante, me sorprendió gratamente, me dejó con la boca abierta. La naturalidad es maravillosa. Los verdaderamente grandes son extremadamente humildes, ¿no lo entiendes así?”.
Nos aprovechamos de su experiencia reiterada en el Festival di Sanremo, desde que éste la diera a conocer, para evocar se época lejana a la actual versión italiana de Eurovisión: “Sanremo fue una vez el festival de música que mejor representaba lo grande de la música italiana, hoy como otras tantas cosas en mi país se ha diluido un poco. Por ello creo que es importante ensalzar siempre la calidad, incluso cuando ésta parece que no produce riqueza… el tiempo dará la razón. En Sanremo está faltando aquella calidad de un tiempo, el empaque, la maestría, la profesionalidad…. Nosotros, que hemos tenido obras maestras en casi todo: la moda, la gastronomía, el cine, el arte, etcétera, ya no producimos ese nivel. El problema no es de los artistas o de la industria, según mi punto de vista es del grado cultural alcanzado actualmente, vivimos desde hace veinte años en una videocracia [en alusión al documental de Erik Gandini sobre el poder de la televisión]. Ya no se da el nivel cultural de la Italia renacentista, aquella Italia no existe ahora. Nosotros los italianos, debemos ponernos a la altura de nuestra historia y para ello tenemos que apuntalar sobre la educación y sobre la cultura, sobre las exhibiciones artísticas y sobre las industrias culturales, no sobre la cultura del bunga bunga”.
Y aprovechando para recomendarnos algunos artistas nuevos italianos vuelve a tirar de la tradición meridional: “Hay artistas muy válidos, interesantes, e incluso, con un contenido profundo. Artistas de música regional [world music] como I Bottari de Nápoles, Elena Ledda de Cerdeña o Rita Votto y el citado Alfio Antico de Sicilia. Si buscas estos talentos y comprobarás su magnitud».
Para ir terminando se presta a un pequeño juego de predilección:
¿Kylie Minogue o Carla Bruni?
Ninguna de las dos. ¿Sabes quién me gusta? la hermana de Carla que es una cineasta buenísima, ¡Ella sí!.
¿Serge Gainsbourg o Damon Albarn?
Gainsbourg.
¿Janis Joplin o Mia Martini?
Hummm… Mia Martini.
¿Franco Battiato o Mario Venuti?
Battiato.
¿Natalie Merchant o Paola Turci?
¡Son muy diferentes! Entre ambas amigas mías no sabría a quién elegir. ¿Sabes que Natalie Merchant tiene orígenes sicilianos? Viene de palermitanos –su apellido es un anglicismo de Mercante–, por «paisanismo» elijo a Natalie. ¡Ah! y muchas gracias por decirme que mi voz te recuerda a la de ella.
E incluso responde a una curiosidad pelín malvada :“¿Por qué a las mujeres os gusta tanto pasar la aspiradora?” –en su divertido y último vídeo, ‘AAA Cercasi’ [Anuncio clasificado. Se busca], uno de los cuatro papeles que interpreta es el de ama de casa: “¡Es cierto! a mí me encanta. Es una característica que tenemos ciertas mujeres. Como Ingrid Bergman yo me relajo pasando ‘l’aspirapolvere’. Me gusta hacer de ‘casalinga’, dejarlo todo ordenado ‘è molto bello’.