Todo parece apuntar a que «La barrera del sonido», el nuevo doble disco de Amaral, cierra una etapa del dúo zaragozano, la primera, en la que pasaron de los garitos a la primera división del rock; en la que han ido creciendo como artistas y que se ha saldado con cinco discos de estudio oficiales. Un buen momento, por tanto, para aproximarnos a cada una de esas obras.
Texto: JUANJO ORDÁS.
Decir que Amaral son una rareza dentro del panorama musical español puede parecer una falacia. Es más, si tenemos en cuenta su éxito masivo y sus comerciales singles la frase se torna casi temeraria. Pero es cierto, Amaral son una rareza.
Para empezar, el dúo formado por Eva Amaral y Juan Aguirre maneja referencias culturales amplias y sólidas, y es más, dejan que sus influencias musicales permeabilicen en su pop. Solo ellos han llevado el título de un disco de Television («Marquee moon») hasta las radiofórmulas mediante el imparable hit que fue ‘Moriría por vos’. Si se trata de mitomanía cualificada, es fácil dar con la influencia de George Harrison colándose entre las cuerdas de la guitarra de Juan Aguirre, igual de sencillo que agarrar su segundo disco y encontrar una versión de Cecilia o contemplar como se inspiraron en Bowie para el single ‘Toda la noche en la calle’.
Y es que todo lo que han conseguido en su carrera ha sido gracias a su esfuerzo y a ser ellos mismos, con sus virtudes y defectos. Son los mismos Amaral aquellos de las letras pubescentes que los de la lírica certera, son los que graban vídeos infantiles y los que en directo parten estadios en dos. Pero, ante todo, son los que trabajan cada una de sus producciones hasta el mínimo detalle, creyendo en ellos mismos y en la arrebatadora colección de canciones que han conseguido.
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«AMARAL»
(EMI, 1998)
Buenas canciones para un debut que adolece de una dirección clara. La producción dirigida por dos pesos pesados como Pancho Varona y Paco Bastante naufraga en tierra de nadie, con un sonido de maqueta que poco bien hace a unas buenas canciones que ya de por sí no son lo mejor que Eva y Juan hayan compuesto. De todos modos, cuando el dúo acierta compone temas como el sensacional ‘1997’ (a dúo con Fernando Alfaro), ‘No sé qué hacer con mi vida’ (de largo el mejor tema del disco) y ‘Rosita’, con un inicio a lo Secretos que no extraña: Álvaro Urquijo (viejo amigo de Varona) aporta su buen hacer como guitarrista en prácticamente todas las canciones del disco. También destaca ‘No existen los milagros’, con su espíritu surf y vientos fronterizos y, como curiosidad, ‘Mercado negro’, dónde la influencia de Radio Futura se hace patente.
La portada hace pensar equivocadamente en una artista solista, dejando a un lado a Juan Aguirre.
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«UNA PEQUEÑA PARTE DEL MUNDO»
(EMI, 2000)
El segundo trabajo del dúo fue un paso de gigante, no solo respecto a su debut, sino en lo relativo a su carrera. Sí, «Una pequeña parte del mundo» debe considerarse como el mejor disco de Amaral. Por su homogeneidad, sonido, producción y, cómo no, por sus canciones.
Grabado en Londres bajo las órdenes del productor Cameron Jenkins (quien grabará a partir de entonces todos los discos de Amaral en la misma localidad geográfica), nada chirría a lo largo de su minutaje, manteniendo un sonido tan uniforme y logrado que es capaz de integrar temas de distinta raíz con una coherencia que no se volvería a dar en ningún otro disco de la pareja hasta la fecha.
Cualquier canción es una pequeña maravilla: La pop naif ‘Cabecita loca’, el folk rock americano de ‘Una pequeña parte del mundo’ (que bien podría haber grabado Tom Petty), la semi-dance ‘Los aviones no pueden volar’ o el famoso single ‘Cómo hablar’, con sus delicadas cuerdas y genial estribillo son buenos ejemplos de ello. Mención aparte merece el repertorio formado por ‘Queda el silencio’, ‘Botas de terciopelo’, ‘Siento que te extraño’ y el ‘Nada de nada’ de Cecilia, canciones que plantean una forma revolucionaria y moderna de acercarse a la canción española clásica.
La etérea guitarra de Aguirre despega, señalándole como un músico inteligente, capaz de trabajar para la canción mediante excelsos arreglos, siendo el contrapunto perfecto para la privilegiada voz de Eva, no solo potente y llena de alma, sino adaptable a la necesidad interpretativa de cada tema.
Las letras son quizá el mejor testigo lírico de la obra de los zaragozanos, no solo porque son menos adolescentes que algunas de las que escribirán en el futuro, sino porque estaban en la edad de jugar con la adolescencia tardía (¡hasta ‘El mundo al revés’ es brillante!).
Con todo, «Una pequeña parte del mundo» no logró conectar con las masas, aunque estaban en el camino.
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«ESTRELLA DE MAR»
(EMI, 2002)
El estallido. El éxito de ‘Sin ti no soy nada’, el primer single, anticipó el reinado de Amaral como referente musical del rock español, alcanzando un merecido trono que aún no han abandonado. Pocas propuestas hay como la suya, capaz de sonar comercial pero con una educación musical rockera que avala cada una de sus canciones y movimientos.
«Estrella de mar» marcaría la futura producción de Amaral, pudiendo considerarse como su piedra de toque. Esto es, una producción exquisita y variedad, tanta como para llegar a sonar incoherente, aunque eso sí, con brillantes canciones de por medio.
‘Moriría por vos’ y ‘Te necesito’ acabarían por conducir al dúo hasta las masas. La primera con su pop de limpias guitarras y letra llena de referencias modernas (Television, Nicholas Cage, ciencia ficción), la segunda con su carga épica adolescente, ambas radiadas sin descanso.
Pero esta vez la mezcla crepita un tanto, fluye pero sin la perfección de su anterior obra. Así, al margen de muy buenos singles, el disco guarda temas como el reagge ska ‘Qué será’ o la dance ‘Estrella de mar’ que rompen la homogeneidad, pese a tratarse de buenas canciones. No obstante, dentro de la incongruencia Amaral regalan un tema magistral: ‘El centro de mis ojos’, un rock psicodélico y energético que figura entre lo mejor que hayan grabado jamás. Afortunadamente la colección se nutre de canciones colosales que conforman la columna vertebral del disco, como la vampírica ranchera ‘De la noche a la mañana’, la lenta y experimental ‘En sólo un segundo’ o la vibrante y quizá demasiado juvenil ‘Toda la noche en la calle’.
Pero con «Estrella de mar», Amaral comienzan a firmar letras tan ingenuas como casi adolescentes. Tal es el caso de la ecologista ‘Rosa de la paz’ o de las ya citadas ‘Te necesito’ y ‘Qué será’, casi más propia de Manu Chao.
En cualquier caso, se trata de un muy buen disco, que situó a Amaral como una banda a tener en cuenta, capaz de satisfacer a masas y minorías.
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«PÁJAROS EN LA CABEZA»
(EMI, 2005)
La consagración aunque también la monotonía. «Pájaros en la cabeza» incidía demasiado en la fórmula de «Estrella de mar», y el caso es que lo hizo con éxito pues elevó la popularidad de la pareja aunque las descargas ilegales debieron restar bastantes ventas.
No obstante, la ingenuidad y adolescencia agita más de la cuenta este cuarto trabajo: ‘El universo sobre mí’, ‘Revolución’, ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’, ‘Resurrección’ y en ‘El río’ recurrían demasiado a la exaltación pubescente, fuera cual fuera el tema que tocara cada una de ellas, desde la política a la ecología, pasando por el ensalzamiento de la amistad. Para colmo, algunas fueron singles, dando una imagen errónea del dúo que al menos desperdigó algún buen tema a lo largo de un disco grabado con «Estrella de mar» como punto cardinal, aunque no llegara a su nivel. Destacan ‘Días de verano’, ‘Big bang’ y ‘Mi alma perdida’. Como detalle, colaboración de Enrique Morente en ‘No soy como tú’.
La portada dejaba bien claro lo que contenía el disco, eso desde luego.
La gira permitió la grabación de «El comienzo del big bang», primer DVD en directo de Amaral que recogía una multitudinaria actuación en el Palau Sant Jordi de Barcelona. El repertorio se basa prácticamente en «Pájaros en la cabeza», aunque entre medias las gemas de su repertorio brillan con luz propia. Para la gira se incorporó un segundo guitarrista de apoyo que no era ni más ni menos que Javier Pedreira (Quique González, Mikel Erentxun).
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«GATO NEGRO. DRAGÓN ROJO»
(EMI, 2008)
Disco doble que puja por el segundo puesto del podio junto a «Estrella de mar» (del primero aún no se mueve «Una pequeña parte del mundo»). Diecinueve canciones que muestran a unos Amaral más maduros, incluso díscolos, de repertorio discordante aunque lleno de calidad. El fantasma juvenil asoma poco, igual que la simplificación. En «Gato negro. Dragón rojo» cada canción tiene un peso específico, en conjunto funciona pero por separado se aprecian mejor cada una de las joyas que contiene. Y es que aquí no sobra nada: psicodelia (‘Las puertas del infierno’), pop veloz (‘Tarde de domingo rara’), pop de latido lento (‘Deprisa’), reagge muy bien llevado (‘Alerta’), de nuevo el dance (‘Perdóname’) incluso llegando a abordar el pop inglés más moderno (la oscura ‘Kamikaze’). Pero la mejor canción era la sencilla ‘Rock and roll’, tan melancólica y evocadora como certera.
Y aún hay más, Juan Aguirre se estrenó como convincente cantante en la dinamitera ‘Es sólo una canción’ (también destaca su instrumental ‘Dragón rojo’) y Eva demostró una vez más porqué es la mejor vocalista de España (increíble en ‘El artista en el alambre’). Suenan convincentes, explosivos pero centrados en quiénes son y en lo que pueden y no pueden hacer sin caer en la parodia. Dueños de ellos mismos.
Sí, puede que se trate de un doble demasiado variado, pero hay que tener en cuenta que esa es ya la seña de identidad de Amaral, igual que es seña de identidad de tantos artistas cuya personalidad les permite moverse en géneros dispares sonando siempre a ellos mismos. Amaral son uno de ellos.
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«GRANADA»
(Gratuito, EFE EME, 2009)
EP de regalo para EFE EME, un detalle conformado por cuatro versiones de grupos granadinos de la corte indie como 091, Lory Meyers, Lagartija Nick y Los Planetas. El sonido crudo de la grabación permite contemplar a unos Amaral más agresivos, llenos de la vitalidad y madurez de la que ya hicieron gala en «Gato negro. Dragón rojo». Hubo un quinto tema grabado en estas sesiones: ‘Al sur de Granada’, del siempre grande Miguel Ríos, que fue a parar al «Bienvenidos», el disco de homenaje que se editó este mismo año. Aún puedes descargarlo desde aquí.
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«LA BARRERA DEL SONIDO»
(EMI, 2009)
Nuevo directo grabado en Madrid durante la gira de «Gato negro. Dragón rojo. Si tenemos en cuenta que «El comienzo del big bang» solo vio la luz en formato DVD, es de justicia decir que «La barrera del sonido» es el primer disco en directo de Amaral, un combo formado por un doble CD más DVD que pone punto y final a una etapa y cuya crítica podréis encontrar en las futuras entregas de Rockola, como cada viernes.
Sin duda, Amaral precisaban de un documento así, que dejara constancia de lo bien que funcionan sobre el escenario y de la cohesión que Eva y Juan tienen con su banda de acompañamiento. La gira de «Gato negro. Dragón rojo» ha dejado buenas grabaciones de televisión, concretamente la MTV y el canal 40 Digital emitieron dos muy buenos conciertos, especialmente el minimalista básico, pero este documento oficial es el que de verdad nos acerca a Amaral sobre el escenario, sin restricciones de tiempo, en su propio terreno de juego.